Fue un malentendido y no se murió quien me dijeron que había muerto, pero yo entendí que había muerto quien no había muerto, o sea Agustín. Y, iba ayer al mediodía conduciendo tranquilo y relajado cuando salta una llamada al manos libres del coche y oigo la voz del supuesto occiso .... 
- Hola Francisco! Soy Agustín (el supuestamente supuesto difunto). De que tiro recto por la rotonda donde circulaba por el susto. 
Ah! Hola Agustín, ¿cómo estás? balbuceé .... 
- Y vosotros? -pausa- bueno, vamos haciendo. Que querías? ... y quería hablar con quien precisamente me había dicho que él estaba muerto, y a quien llamé en seguida avisándole que le llamaría de un momento a otro Agustin, pero no desde el otro barrio (le podrían haber enterrado con el móvil) sino desde Sabadell. O sea que este muerto - afortunadamente para él - estaba muy vivo.