Kellyanne Conway, consejera de Trump, supera los límites habituales en la propaganda para justificar la prohibición de entrada al país de musulmanes de siete países. Ningún inmigrante o refugiado procedente de los siete países vetados por el Gobierno de Donald Trump ha cometido un atentado terrorista en suelo norteamericano desde el 11S. Ese es un dato utilizado con frecuencia por los medios de comunicación para cuestionar la necesidad de una prohibición sobre la que hay además serias dudas legales.

¿Cómo defenderla?  Kellyanne Conway, consejera de Trump en su campaña y ahora en la Casa Blanca, ha inventado el remedio perfecto para salir en defensa de su jefe: inventar una realidad paralela

"Me apuesto a que es nuevo para la gente saber que el presidente Obama aprobó una prohibición de seis meses en el programa de refugiados iraquíes después de que dos iraquíes llegaran a este país, se radicalizaran y fueran los autores de la matanza de Bowling Green", dijo en una entrevista para la cadena MSNBC.

Eso es un argumento de peso si no fuera porque la matanza de Bowling Green nunca existió. Según Conway, la gente no la conoce porque los medios no la cubrieron. Y no lo hicieron porque nunca existió. Lo que sí cubrieron fue la noticia de la detención de dos iraquíes en 2011 en la localidad de  Bowling Green, en Kentucky. Fueron procesados y juzgados por su relación con la colocación de explosivos contra fuerzas militares norteamericanas en Irak y por pretender enviar fondos a Al Qaeda en Irak. Uno de ellos fue condenado a cadena perpetua y el otro a 40 años. Ninguno de ellos intentó llevar a cabo una matanza en EEUU. 

Conway se había inventado la expresión "hechos alternativos" para justificar la complicada relación de los comentarios del portavoz de la Casa Blanca con la realidad.  La matanza de Bowling Green va un paso más allá y abre un gran campo de posibilidades para la nueva Administración. Más que hechos, podríamos hablar de una realidad alternativa. eldiario.es