Piso de 97 m2, 3 habitaciones, exterior, 4a planta… sin ascensor. No es un piso para cualquiera. Es un "piso cardiosaludable". Especialmente indicado para deportistas que, además de sobrevivir en la jungla del mercado de la vivienda indigna, quieran ahorrarse el gimnasio para el resto de sus vidas. El anuncio a la vanguardia no engaña, comenta Isabel Garcia Pagan: “¡Ahorro dinero y ganas salud!”, se despacha al agente inmobiliario más famoso de Twitter. El Congreso aprobó hace dos semanas la primera ley de Vivienda de la democracia, los gobiernos del PP en once comunidades autónomas pueden hacer inviable poner límites al alquiler, y los resultados de las elecciones evidencian que pocos valoraron las promesas de Pedro Sánchez anunciando inversiones millonarias para habilitar vivienda social incluso en terrenos del ejército.

¿Alguien pensó en la publicidad vergonzante del vendedor y la dignidad del comprador? La broma del piso cardiosaludable en Santa Ana (Getxo) se suma al catálogo de “especial parejas” (uno encima de otro), el “piso bombonera”, los que son más altos que anchos, y de cara al mar… desde Bellvitge.

“Si eres deportista no te importará subir las escaleras para llegar a tu casa. Incluso verás el gran beneficio que supone para tu salud terminar el día con algo más de entrenamiento para las piernas y el corazón”. @pablom_m dispara ante sus 173.000 seguidores: "Están creando un nuevo lenguaje para tomarnos el pelo". Y se desata la imaginación en las redes: “Para mí, un piso cardiosaludable debe tener piscina, pista de tenis y de atletismo”; "uno sin cocina será dietético"; "a ver lo que tardan los gimnasios en denunciar por competencia desleal". Después podemos hablar de lo que pesan los envases de leche y las garrafas de agua, de los sacos de 15 kg de comida para el gato, de hacer 80 años y de las prótesis de rodilla…

El vendedor no se rinde. "Esta casa da buen rollo, la luz entra a raudales y te carga de energía". Por suerte, se ahorra la referencia influencer al sundrying. Lo que es tender la ropa en el exterior. Otro lujo. El piso sigue a la venta, por 245.000 euros pese al éxito digital.

No es el único plan “dieta y ejercicio” de estos días en las redes. Esta receta provocó otra trifulca en vivo y tuitera con la activista contra la grasofobia Mara Jiménez como protagonista. La solución al sobrepeso debe ir más allá de las recetas clásicas, pero la pugna digital se tiñe de la izquierda derecha de siempre. ¿Cómo termina la discusión? @croquetamente cortó de pura cepa en la Fnac de Madrid: “¡Seguridad!”. En Instagram y Twitter sigue y sigue…y en este caso, la culpa no es de Colau, ni de Trías y barajas. ¡Vaya!, le daremos la culpa al Sánchez, que ahora es el malvado Carabel.