Lo más importante para destacar en Blogger es ser influencer, que ya sabemos que significa en catalán o castellano, pero se debe escribir en inglés, sinó no mola. Un influencer es alguien o nadie que te explica cómo viste, lo que se ha comprado en Zara, o cuáles son las últimas tendencias en la cosa esta del vestir, o en otros conceptos del consumo. Suelen ser chicas jóvenes con muchos seguidores, porque en el mundo hay gente para que haya un poco de todo, y se ve que la cosa funciona y se en habla de ellas y sus cositas de las modas que marcan tendencia, o sea ​​un influencer, es una especie puramente banal, anodina y gilipuà como los Hipsters, y no creo que tampoco influencien demasiado al personal, esto simplemente son modas de temporada y duran lo que dura dura la moda, cuatro días, ya decía Wilde, el Oscar, que la moda debe de ser algo muy feo pues se debe cambiar cada seis meses, menos ahora que con la moda pronta y la inmediatez que también ha llegado a este mundo de la futilidad dura menos de estos seis meses. Y yo que me pensaba que un influencer era alguien como los que - sin decir ningún nombre - en la red nos iluminan con su sabiduría y conocimientos. Pues no, no se trata de eso, y ya me veo venir que me tendré que hacerme fotos con mis pantalones de chándal de poca monta o la gorra de pana que me pongo para salir a la calle, o aquella camiseta que me compré en el mercadillo. Me lo tendré que pensar, aunque no he llegado al punto suficiente de estulticia andrógina banal e inconsistente para hacerlo.
Profundizando un poco en el tema, dicen por ahí que un influencer es una persona que cuenta con cierta credibilidad sobre un tema concreto, y por su presencia e influencia en redes sociales puede llegar a convertirse en un prescriptor interesante para una marca. O sea una especie de Victoria Beckham o algo andrógina así. o el cocinero Fermí Puig cuando anuncia sartenes en la radio, por ejemplo ... o sea un influencer, es alguien que cobra para que tú consumas lo que sea, o sea que se venden como las putas pero disimulando, aunque de hecho se prostituyen igual que ellas. De hecho es coherente, sobre todo en una época en que muchas señoras visten como putas y las putas como señoras.
Malo si tengo que hacer caso a alguien que me dice lo que me conviene y lo que no, que me tengo que poner y qué tendencia es la más adecuada para mí, que de eso ya se en cuida mi mujer, y en eso, sólo le hago caso a ella, y paso olímpicamente de anuncios, tendencias, modas y chorraditas por el estilo; ya he explicado en más de una ocasión que desde hace tiempo en casa compramos realmente lo que necesitamos cuando hace falta y no hay más remedio, y en este sentido somos unos avanzados anti-consumistas banales de naderías variadas, pero creo que vamos por el camino correcto, aunque no sea tendencia.