GENOCIDIO DE RUANDA, 30 AÑOS


En las guerras de hoy hay debate sobre cuándo utilizar el término. Pero si hay algún lugar en el mapa, -tras el holocausto nazi-, donde nadie pone en duda que se perpetró un genocidio fue en Ruanda. Se cumplen 30 años de la masacre más cruel de la historia reciente. En poco más de dos meses se acabó con la vida de casi un millón de tutsis en manos de exaltados hutus. 100 días duró la ola de asesinatos que acabó con casi el 11% de la población de Ruanda, al oriente del continente africano, donde vivían 7 millones de personas en 1994. De abril a julio de aquel año, miembros de la etnia tutsi fueron víctimas de asesinatos de forma planificada, sistemática y metódica, a manos de sectores radicales de la etnia hutu.

Aunque la muerte del presidente ruandés, Juvénal Habyarimana, la noche del 6 de abril de 1994, dio inicio al genocidio, existía un conflicto más profundo, cuyas causas se remontan al periodo colonial del siglo XIX, cuando los belgas tenían el control del país y empezaron a clasificar a la población de acuerdo a su etnia. La inequidad en los beneficios entregados a cada una de estas ocasionó las tensiones. A los tutsis, que conformaban en 14% de la población, les fueron otorgados mejores empleos, por considerar que eran más parecidos a los europeos. Mientras que los hutus, mayoría en Ruanda, fueron relegados a tareas menos cotizadas.

En 1962, Ruanda declaró su independencia y, en medio de un pedido de igualdad de derechos, la etnia hutu tomó el control político del país. Más de diez años después, en 1973, el hutu Juvénal Habyarimana llegó a la presidencia mediante un golpe de estado.

Las tensiones interétnicas seguían exacerbándose, por esta razón el gobierno y la guerrilla del Frente Patriótico Ruandés (FPR), formado por rebeldes tutsis, firmaron un acuerdo de paz, pero su aplicación estuvo retrasada parcialmente por el presidente Juvénal Habyarimana, cuyos aliados, Hutus extremistas de la Coalición para la defensa de la República (CDR), no aceptaban los términos.

El 6 de abril de 1994, un atentado contra el avión que transporta al presidente Habyarimana y a su homólogo de Burundi, Cyprien Ntaryamira, acabó con sus vidas. La aeronave fue impactada por un misil mientras aterrizaba en el aeropuerto de Kigali, capital de Ruanda. Esa noche, surgieron las primeras muertes.

El asesinato de la primera ministra, Agathe Uwiligiyimana y de diez soldados belgas encargados de su protección, el 7 de abril, acrecentó la ira de extremistas hutus, quienes dieron inicio a una campaña que invitaba a matar a los tutsis y quienes los protegieran.

Se estima que un millón de personas fueron asesinadas y al menos 250.000 mujeres fueron violadas. 95.000 niños fueron ejecutados y cerca de 400.000 quedaron huérfanos. Los medios de comunicación, y en especial la reconocida emisora Radio Mil Collines, sirvieron como instrumento oficialista al trasmitir llamados a matar a todo aquel que fuera miembro de la etnia tutsi, a quienes se referían como “cucarachas”.

El 9 de abril de 1994 sucedió la masacre de Gikondo, en la que fueron asesinados más de cien tutsis refugiados en una iglesia católica. El 18 de abril de 1994, la Masacre de Kibuye sumó 12.000 tutsis a las estadísticas de muertes, fueron asesinados en el estadio de Gatwaro donde buscaban protección.

21 de abril, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad retirar a sus tropas del territorio, reduciendo el número de efectivos de su misión de paz en Ruanda, de 2.500 a 250 aproximadamente.

Del 28 al 30 de abril, miles de refugiados huyeron a países vecinos como Tanzania, Burundi y Zaire; territorios conocidos en la actualidad como la República Democrática del Congo. Para mayo de 1994, un 80% de las masacres ya habían sido perpetradas.

El 23 de junio, la Organización de Naciones Unidas activó la "Operación Turquesa", con el fin de restablecer el orden en el país y mantener una zona de protección humanitaria ubicada al suroeste de Ruanda. Esta responsabilidad fue entregada a Francia, que años después, fue señalada de dar apoyo logístico a los hutus en la masacre y de proteger al gobierno mediante la operación.

Finalmente, en Julio de 1994, el Frente Patriótico Ruandés derrotó a las tropas gubernamentales conformadas por extremistas hutus y toma el control del país dando fin al genocidio. Fue formado un gobierno de unidad nacional con Pasteur Bizimungo, miembro de la etnia Hutu, como presidente, y Paul Kagame, representante del pueblo tutsi, como vicepresidente. Kagame fue elegido presidente de Ruanda por el partido ‘Frente Patriótico Ruandés’ en el año 2000, desde entonces ha gobernado a la nación africana. Con información de EFE, AFP Y Reuters

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