EL MÉTODO DE BOKANOVSKY

Hablemos del método de Bokanovsky —repitió el director. Y los estudiantes subrayaron estas palabras. Un óvulo, un embrión, un adulto: es lo normal. Pero en este caso un óvulo bokanovskificado prolifera, se subdivide. De ocho a noventa y seis brotes, y cada brote llegará a formar un embrión perfectamente constituido y cada embrión se convertirá en un adulto completo. Una producción de noventa y seis seres humanos donde antes sólo se conseguía uno. Esto es el progreso.

—En esencia —concluyó el D. I. C.—, la bokanovskificación consiste en una serie de interrupciones en el proceso del desarrollo. Se detiene el crecimiento normal, y paradójicamente, el óvulo reacciona reproduciéndose. Reacciona reproduciéndose. Los lápices apuntaron. El director señaló a un lado. En una ancha banda que se movía muy lento, un porta tubos enteramente cargado se introducía en una vasta caja de metal, de cuyo extremo emergía otro porta tubos igualmente repleto. El mecanismo producía un débil zumbido. El director explicó que los tubos de ensayo tardaban ocho minutos en atravesar aquella cámara metálica. Ocho minutos de rayos X era lo máximo que los óvulos podían soportar. Unos pocos morían; de los restantes, los menos aptos se dividían en dos, la mayoría producía cuatro, algunos ocho; y todos volvían después a las incubadoras, donde los nuevos brotes empezaban a desarrollarse; luego, al cabo de dos días, se les sometía a un proceso de congelación y se detenía su crecimiento. Dos, cuatro, y hasta ocho nuevos retoños, estos a su vez se dividían echando nuevos brotes; después se les administraba una dosis casi letal de alcohol; como consecuencia de ello, volvían a subdividirse —brotes de brotes de brotes— y después se les dejaba desarrollar en paz, puesto que una nueva detención en su crecimiento solía resultar fatal. Pero, a aquellas alturas, el óvulo original se había convertido en un número de embriones que oscilaba entre ocho y noventa y seis, un prodigioso adelanto, hay que reconocerlo, con respecto a la Naturaleza. Mellizos idénticos, pero no en ridículas parejas, o de tres en tres, como en los viejos tiempos vivíparos, cuando un óvulo se escindía de vez en cuando, accidentalmente; mellizos por docenas, por veintenas a un tiempo.

—Veintenas —repitió el director; y abrió los brazos como distribuyendo generosas dádivas—. Veintenas. Pero uno de los estudiantes fue lo bastante tonto para preguntar en qué consistía la ventaja.  —¡Pero, hijo mío! —exclamó el director, volviéndose bruscamente hacia él—. ¿De veras no lo comprendes? ¿No puedes comprenderlo? —Levantó una mano, con expresión solemne—. El Método Bokanovsky es uno de los mayores instrumentos de la estabilidad social. Hombres y mujeres estandarizados, en grupos uniformes. Todo el personal de una fábrica podía ser el producto de un solo óvulo bokanovskificado. —¡Noventa y seis mellizos trabajando en noventa y seis máquinas idénticas! —La voz del director casi temblaba de entusiasmo.—Sabemos muy bien adónde vamos. Por primera vez en la Historia.—Citó la divisa planetaria:—Comunidad, Identidad, Estabilidad.—Grandes palabras.—Si pudiéramos bokanovskificar indefinidamente, el problema estaría resuelto. Resuelto por Gammas, Deltas y Epsilones producidos en serie, idénticos, sin ninguna diferencia. Millones de mellizos iguales entre sí. El principio de la producción en masa aplicado, por fin, a la biología. —Pero, por desgracia, —añadió el director— no podemos bokanovskificar indefinidamente. Al parecer, noventa y seis era el límite, y setenta y dos un buen promedio. Lo más que podían hacer, a falta de poder realizar aquel ideal, era manufacturar tantos grupos de mellizos idénticos como fuese posible a partir del mismo ovario y con gametos del mismo macho. Y aún esto era difícil. —Porque, por vías naturales, se necesitan treinta años para que doscientos óvulos alcancen la madurez. Pero nuestra tarea consiste en estabilizar la población en este momento, aquí y ahora. ¿De qué nos serviría producir mellizos con cuentagotas a lo largo de un cuarto de siglo?. Evidentemente, de nada. Pero la técnica de Podsnap había acelerado inmensamente el proceso de la maduración. Ahora cabía tener la seguridad de conseguir como mínimo ciento cincuenta óvulos maduros en dos años. Fecundación y bokanovskificación —es decir, multiplicación por setenta y dos—, aseguraban una producción media de casi once mil hermanos y hermanas en ciento cincuenta grupos de mellizos idénticos; y todo ello en el plazo de dos años. —Y, en casos excepcionales, podemos lograr que un solo ovario produzca más de quince mil individuos adultos. Volteando hacia un joven alto y rubio que en ese momento entraba, lo llamó:

—Señor Foster. ¿Puede decirnos cuál es la marca máxima obtenida por un solo ovario?. —Dieciséis mil doce en este Centro —contestó Foster sin vacilar. Hablaba con gran rapidez, tenía unos ojos azules muy vivos, y era evidente que le producía un intenso placer al citar cifras—. Dieciséis mil doce, en ciento ochenta y nueve grupos de mellizos idénticos. Pero, desde luego, se ha conseguido mucho más —prosiguió atropelladamente— en algunos centros tropicales. Singapur ha producido a menudo más de dieciséis mil quinientos; y Mombasa ha alcanzado la marca de los diecisiete mil. Claro que tienen muchas ventajas sobre nosotros. ¡Deberían ustedes ver cómo reacciona un ovario de hembra negra a la glándula pituitaria! Es algo asombroso, para quienes no están acostumbrados a trabajar con material europeo. Sin embargo —agregó, riendo (aunque en sus ojos brillaba el fulgor del combate y sacaba la barbilla retadoramente)—, sin embargo, nos proponemos vencerlos, si podemos. Actualmente estoy trabajando en un maravilloso ovario Delta-Menos. Sólo tiene dieciocho meses de antigüedad. Ya ha producido doce mil setecientos hijos, decantados o en embrión. Y todavía sigue fuerte. Lograremos vencerlos. —¡Este es el espíritu que me gusta! —exclamó el director; y dio unas palmadas en el hombro de Foster—. Venga con nosotros y permita a estos muchachos gozar de los beneficios de sus conocimientos de experto. - Un Mundo Feliz - Aldous Huxley (fragmento)



NANAS EN EL ASILO


Las fichas de ajedrez en la vida de Begoña Huertas estaban en orden, quietas y posicionadas sobre el tablero hasta que un día ese equilibrio se hizo añicos. Le diagnosticaron un cáncer de colon y de esa experiencia con la enfermedad escribió 'El desconcert'. Huertas, murió en el 2022, pero antes, aparte de varias novelas, escribió un artículo en el diario.es, un artículo especial, que redime y dignifica a poetas, políticos y patriotas, un artículo de una enorme sensibilidad que difícilmente podría haber escrito nadie que no fuera mujer y escritora. 

"En la calle Conde Peñalver de Madrid hay un gran edificio de ladrillo que ahora es una residencia de ancianos pero que antes, durante la guerra civil y los años posteriores, fue utilizado como cárcel. El poeta Miguel Hernández, detenido al fin de la contienda tras haber luchado en el bando republicano, estuvo preso allí. El otro día, cuando pasaba por delante, me detuve a leer la placa que lo recuerda. El texto rememora:
  • Al poeta Miguel Hernández que compuso, en este lugar, las famosas “Nanas de la cebolla” en septiembre de 1939.
Me quedé de piedra. Según aquellas palabras cualquiera podría pensar que el joven poeta hubiera pasado por allí y en un rapto de inspiración se hubiera detenido en aquella esquina a escribir unos versos a su hijo.
Esa ambigüedad, o más bien ese silencio en cuanto a las circunstancias de la estancia del poeta en "este lugar" me llevó a pensar en el llamado franquismo sociológico que pervive en nuestro país, una combinación terrible de miedo a ser considerado radical y pasividad sumisa que impide homenajear a las personas que combatieron el fascismo sin ambigüedad ni tibieza.
Esta semana hemos podido leer en este diario el caso de la ciudad de Melilla, donde se ha llevado a cabo la remodelación de la primera cárcel del franquismo. Al parecer se ha instalado una placa con un texto deliberadamente vago que igual puede servir para los liberales que fueron encerrados allí tras la restauración absolutista de 1814 como para las víctimas del franquismo: "Vaya nuestro recuerdo a quienes, perseguidos por sus ideales democráticos, sufrieron tras estos muros la incertidumbre de su destino y las vicisitudes del presidio". Al menos en este caso se menciona que estuvieron presos.
Leo también estos días ( aquí) que el aeropuerto de Lavacolla, en Santiago de Compostela, se construyó con el trabajo esclavo de cientos de presos republicanos que, en condiciones extremas de hambre y muerte, fueron hacinados en una antigua fábrica de curtidos, hoy convertida en restaurante. Nadie lo recuerda.
Las personas que defendieron el gobierno legítimo de la República y lucharon contra el fascismo parece que tengan que pedir perdón por "extremistas", como si ofendieran por su radicalismo. Entre mucha gente se da "el malentendido" de pensar que lo correcto es la neutralidad de no tomar partido. Enseguida se agita el fantasma del miedo, el comunismo, Venezuela. Y digo yo, tanto mirar a Venezuela, ¿por qué no miramos un poco más cerca? Ahí está, por ejemplo, Bolonia, casualmente el lugar hacia donde me dirigía, camino al aeropuerto, cuando pasé frente a la placa homenaje a Hernández. Bolonia, la Roja, lleva siendo gobernada por comunistas y socialistas desde hace cincuenta años (exceptuando algún paréntesis de centro-derecha) y si lo último que vi de Madrid fue ese tibio recuerdo al poeta condenado por el régimen de Franco, lo primero que me encontré al aterrizar allí fue un continuo homenaje a la gente de la resistencia.

Una guerra civil es más traumática, de acuerdo, pero en Italia los fascistas italianos no eran pocos, y la resistencia luchaba contra ellos. Había italianos en los dos bandos. La verdadera diferencia es que aquí ganó el fascismo, que Franco murió en su cama y Mussolini fusilado y colgado en la plaza mayor. Por eso perdura el miedo y ese peso de cuarenta años que los otros cuarenta aligeraron pero no eliminaron del todo.

Piero Calamandrei, uno de los padres de la Constitución italiana aprobada en 1947 escribió: "Si queréis ir en peregrinación al lugar donde nació vuestra Constitución, id a las montañas donde cayeron los partisanos, a las cárceles donde fueron presos, a los campos donde les ahorcaron. Allá donde ha muerto un italiano para recuperar la libertad y la dignidad, id, oh jóvenes, con el pensamiento, porque allí nació nuestra Constitución".
Bueno, la nuestra nació en otro sitio. Habría que ir a buscarla por los salones de quienes, como haciendo un gesto de generosidad extraordinaria, legalizaron el PCE. El año en que se puso la placa a Miguel Hernández en la pared de la antigua cárcel, Tierno Galván estaba en el Ayuntamiento, Leguina en la Comunidad, y el PSOE en el Gobierno. ¿Tendrían miedo de parecer excesivamente radicales? Quizás ese temor es la razón por la cual no se mencionó "el detalle" de que aquel lugar donde el poeta escribió Las nanas de la cebolla era una cárcel. A consecuencia de esa tibieza sin sentido, los jóvenes que lean esa placa a partir de ahora pensarán que Miguel Hernández, en lugar de morir a los 31 años en prisión, lo hizo dulcemente en ese asilo, en compañía de cien ancianos asistidos por las Hermanas de la Caridad". - 
Begoña Huertas  - eldiario.es


FEIJÓO DESENCADENADO

Juan Belmonte le confesó a Manuel Chaves Nogales que cuando veía salir el toro se crecía y olvidaba el riesgo y la violencia del animal. Es más, al rato le parecía un juego gracioso, un divertido esparcimiento del cuerpo y del espíritu. Solía percibirse ajeno al peligro, donde él y el toro­ se reconocían movidos por la lealtad de sus instintos dispares. Escuchando ayer la intervención de Alberto Núñez Feijóo interpelando a Pedro Sánchez en la comisión de control del Congreso, me pareció que debía de sentirse como Belmonte en el albero, dispuesto a todo.

Allí, en medio de la plaza de la política, se fue creciendo. Su faena resultó arriesgada hasta el punto de pisar todas las líneas rojas e intentó matar la sesión a volapié, amenazando con una investigación parlamentaria y judicial a la esposa del presidente del Gobierno por unos supuestos hechos que parecen más ganas de ensuciar que otra cosa, en relación con la venta de la línea Air Europa. Sobre todo cuando la Oficina de Conflictos de Intereses ha archivado la denuncia de los populares.

No queda nada de ese Feijóo moderado que saltó al ruedo de la política hace unos dos años, prometiendo bajar el ruido y abanderar el respeto. “Todo es mentira”, le soltó el jefe de la oposición a Sánchez, cuando este expuso los logros de su Gobierno, glosados por Paolo Gentiloni, comisario de Asuntos Económicos de la UE. “El señor Sánchez está lleno de corrupción”, bramó en otro momento, cuando el PP es un partido que ha sido condenado por este motivo en los tribunales, cuando gobernaba.

Esto no va a parar y creo que nos vamos a hacer daño. Nuestra democracia empieza a tener demasiados rasguños. La política no es que no pueda evitar el ruido, sino que no sabe ejercerse sin el barullo. El debate de ideas ha sido sustituido por la descalificación permanente. En el Parlamento nadie dialoga, sino que se descalifica­ al adversario. Los ciudadanos están hartos de tantos monólogos ácidos y, a menudo, soeces. El PP tiene tantas prisas para volver al poder que no se detiene ante nada. Y ni el rumor es la antesala de la noticia, ni la maledicencia es el prólogo de la verdad. Esto no ha hecho más que empezar. Y promete más sangre que los toros.


EL TIMO DE LOS 'ME GUSTA'

El timo de los 'me gusta' arrasa WhatsApp: “Hay víctimas que han perdido 18.000 euros en 48 horas”. La Policía advierte de una nueva estafa que se reproduce desde hace meses en la que se ofrece dinero por 'likes': “Puede haber cientos de víctimas”

“Nuestra empresa trabaja con empresas de Instagram que están dispuestas a pagar por una mayor exposición, por lo que nuestra empresa necesita contratar a un montón de empleados. Te haré un encargo de prueba y, una vez terminado, te pagaré cinco euros para ver si estás preparado para el trabajo. Puedes ganar entre 50 y 600 euros o más al día. ¿Te interesa trabajar con nosotros?”. Es uno de los ganchos que utiliza uno nuevo timo que está llegando a través de WhatsApp personas de toda España. Según ha podido comprobar este medio, llega desde números registrados en Reino Unido, Libia, Guatemala, Bangladesh o Togo, así como también teléfonos de prepago dados de alta en España.

Se trata de un mensaje a puerta fría al que muchos usuarios no pueden evitar responder con la sencilla prueba que el ciberestafador pide para dar una recompensa: enviar un captura que muestre que han dado 'me gusta' o 'seguir' al perfil de Instagram o YouTube que les ha solicitado. Si lo hacen, recibirán al momento un bizum de cinco euros, tal y como se prometía. Esa es la verdadera trampa que puede llevar a desfalcos de hasta 18.000 euros en 48 horas, avisa la Policía Nacional.

elDiario.es ha pasado varios meses investigando esta estafa con ayuda de expertos en ciberseguridad y en contacto con la Policía Nacional. Aunque existen diversas variantes del timo, la práctica más habitual es que los ciberestafadores conduzcan a las víctimas hacia Telegram, una red de la que es más sencillo huir sin dejar rastro.

Para ello, y una vez demostrado que la persona contactada está dispuesta a seguir sus instrucciones, la ciberdelincuente (suelen utilizar nombres femeninos, según ha podido comprobar este medio) proporciona un “código del trabajo” y pide que el usuario se lo transmita al “contable” que opera en Telegram. Cuando el usuario realiza esta petición y escribe a la “contable” en Telegram, recibe una contestación inmediata. Esta, además, sube aún más las posibles ganancias diarias. “Puedes unirte como empleado oficial. Podrás ganar 1.120 euros al día. ¡Te presentaré la tarea y te pagarán cinco euros después de la introducción! Gracias por su cooperación”, responde tras recibir el código suministrado por el usuario. A continuación, la “contable” procede a informar del modo en el que desarrollará la relación. “Tipo 1: haga clic en el enlace de la tarea grupal, mire el video, aumente las vistas del video y gane comisiones. Tipo 2: Tareas iniciales del vendedor, ayuda a los vendedores a generar datos reales y recibir comisiones”, explica. 

A su vez, solicita al usuario que se una al “grupo de tareas” donde se van publicando los diferentes trabajos del día. Se trata de otro canal de Telegram en el que están participando otros cientos de usuarios para informar de que están haciendo las tareas y recibiendo recompensas, según ha podido contrastar elDiario.es y confirman fuentes de la Policía Nacional. 

Este medio ha tratado de ponerse en contacto con algunos de los miembros de esos grupos, sin éxito. Unido a sus imágenes de perfil, muy similares a las imágenes de personas creadas con inteligencia artificial, apunta a que buena parte de los miembros de esos grupos son falsos y están destinados a hacer creer a la víctima que hay muchas personas involucradas en el trabajo.

Pese a ello, ese canal de Telegram es otro de los trucos que los ciberestafadores utilizan para ganarse la confianza de la víctima. “En ese canal empiezan a ver que un usuario dice que ha recibido un ingreso de 500 euros, otro que le acaban de llegar 600. Entonces ellos hacen la tarea que les habían asignado y rápidamente les llegan los 5 euros”, explican a este medio fuentes de la Jefatura Superior de Aragón de la Policía Nacional, la primera en dar aviso de este timo.

Una vez completada una, dos, o tres tareas sencillas y de poco dinero, los ciberdelincuentes lanzan otro gancho. Es el “tipo 2”, en el que los colaboradores ganarán supuestas “comisiones”. Lo que tienen que hacer es enviar sumas de dinero cada vez más grandes a números desconocidos, para después recibir esa suma más una comisión. La trampa empieza a cerrarse. “No escribas a este número. Solo haz el bizum”, escribió uno de esos números desconocidos cuando uno de los expertos de seguridad que colaboraron con elDiario.es para desentrañar la estafa se puso en contacto con él.

Si la víctima accede a realizar estos pagos habrá caído en la estafa, ya que los ciberdelincuentes ya no volverán a ingresarle tanto dinero como para tener ganancias. Si sigue confiando en que lo harán el desfalco puede ser mayúsculo. “Tenemos una denuncia en la que una mujer perdió 18.000 en 48 horas después de recibir el primer mensaje”, revelan desde la jefatura policial de Aragón.

“Es una denuncia muy representativa de cómo funciona este timo”, explican. “Le dicen que va a ingresar 500 euros aquí y que en lugar de darle cinco euros, le darán 600. Ella hace el bizum y en seguida recibe otro de 400 euros y luego otro de 200. Le dicen que cuanto más invierta, más comisiones va a tener. Entonces ella sigue haciendo bizum a otros”, detallan los agentes.

“Se entiende que lo que está haciendo ella aquí es proporcionarle esos supuestos beneficios a otro estafado. Al final se supone que si inviertes 10.000 te vas a llevar 5.000 más. El problema es que una vez que has invertido los 10.000, no recuperas 5.000. Cuando empiezas a sumar y a restar, resulta que te han hecho muchas menos transferencias de los que has hecho y has perdido tu dinero”, continúan las mismas fuentes policiales.

“Al final, después de hacerles una transferencia grande, simplemente desaparecen y te das cuenta de que te han estafado”. Las cuentas de Telegram desaparecen y los números de WhatsApp se anulan. Así ha ocurrido con todos los que elDiario.es ha investigado para esta información.

elDiario.es ha podido comprobar que los ciberestafadores utilizan diferentes tácticas para ganarse la confianza de la víctima. Una de ellas es suplantar a empresas de marketing reales y hacerse pasar por sus empleados. “Nuestra plataforma opera de forma totalmente legal y cuenta con un certificado de transparencia. Además, puede encontrar testimonios y testimonios de transacciones exitosas de usuarios satisfechos de nuestro equipo”, asegurÓ una de las captadoras a este medio a la vez que enviaba documentación de la empresa Webpositer.

“En nuestro caso nos enteramos por los propios usuarios que recibían estos mensajes y que nos llamaban para verificar si efectivamente estábamos detrás de esos mensajes”, afirma a este medio Iñaki Tovar, socio de Webpositer, que lo denunció a la policía y avisó en sus redes sociales de lo que estaba pasando. “Es frustrante ver la impunidad con las que se pueden cometer este tipo de acciones hoy en día”, lamenta. Otra de las afectadas ha sido Marketinet, una agencia con sede en Madrid. “Los ciberdelincuentes han utilizado nuestro nombre para ponerse en contacto con terceros y tratar de estafarles con diferentes excusas. De hecho, su ”modus operandi“ ha consistido en crear grupos de WhatsApp o Telegram en nuestro nombre, para después ofrecer a sus integrantes la oportunidad de ganar mucho dinero a cambio de ”likes“, suscripciones a webs o visualizaciones de vídeos en Youtube”, han avisado.

Otro de los ganchos utilizados por los estafadores es hacerse pasar por trabajadores de Infojobs en su primer mensaje. En este caso, además, el gancho se lanza a través del SMS, no de WhatsApp, pero la narrativa es la misma: “Entrega diaria de 50-500 euros”.

“Hacen un envío masivo indiscriminado”, denuncian fuentes de la empresa a elDiario.es. “En nuestro caso, por el alto nivel que tenemos de de usuarios, más de 11 millones de de currículums registrados, es fácil que muchos de ellos se vean impactados por por este tema”, lamentan. “Realizamos campañas proactivas para informarles, avisando de que se dan este tipo de prácticas de suplantación de identidad. Francamente, prefiero a Toni Leblanc haciendo el timo de la estampita, al menos tenia arte y gracia.


LA GUERRA QUE USTED NO VE


El 30 de diciembre de 2023, en Londres murió John Pilger, reportero australiano radicado en Inglaterra, Pilger, fue el autor del documental "La Guerra que usted no ve", en el que presenta a varios actores del campo de batalla mediático actuando, mientras el espectador no se imagina que es bombardeado con descargas de mentiras y manipulaciones hertzianas. El documental es de 2017, pero aunque sea como homenaje a Pilger vale la pena visionarlo, sigue siendo de rabiosa actualidad.

“La guerra que usted no ve” es el segundo largometraje documental de John Pilger para el cine, en una carrera en la que ha producido más de 56 documentales de televisión. Se centra en el papel de los medios de comunicación en la guerra. La televisión es la fuente principal de información para la mayoría de la gente. En Gran Bretaña, una gran parte del periodismo de televisión está dedicado a crear una suerte de mitología de la “objetividad”, la “imparcialidad”, y el “equilibrio”. La BBC ha elevado estos principios a una especie de causa noble y desinteresada, lo que le permite transmitir visiones preferidas por el “establishment” vestidas con un ropaje de noticias. Esto nos permite entender porqué la propaganda en las sociedades libres, como Gran Bretaña y los Estados Unidos, es mucho más eficaz que en las dictaduras. Mientras los periodistas “profesionales”, especialmente los organismos de radio y televisión, se presenten falsamente como una especie neutra, la verdad no va a tener ninguna posibilidad de imponerse. Si no hay flujo libre de información, no hay democracia. Sin un público informado, las autoridades políticas o empresariales no pueden ser obligadas a rendir cuentas, y si no rinden cuentas, se corrompen muy pronto.

Esto seguramente ayuda a explicar por qué tantas personas en los medios de comunicación apenas podían contener su furia por las filtraciones de Wikileaks: «¿cómo se atreve este tipo que no pertenece a ninguno de nuestros “clubes” a interponerse en el derecho que tienen los medios para ser utilizados, halagados y mentidos?». Los medios de comunicación no cambiarán mientras no cambie su estructura. Un periódico de Murdoch, o uno de sus canales de TV siempre reflejaran los intereses rapaces de Murdoch. En cuanto a que el Internet proporcione una información alternativa sobre la guerra, eso ya está sucediendo. La mayoría de los mejores reportajes sobre Iraq fueron publicados en la web –por parte de aquellos como Dahr Jamail y Nir Rosen, y “periodistas ciudadanos”, como Jo Wilding. Y ya está sucediendo donde probablemente es más importante: en los centros mismos del poder, donde, al parecer, casi todo está siendo filtrado y publicado en la web, y ojala que esto continúe por mucho tiempo.

“Hoy día tenemos noticias las 24 horas del día. Las frases de impacto nunca se detienen. Y las guerras nunca se detienen. Irak, Afaganistán, Palestina… Esta película es sobre la guerra que usted no ve. Basándome en mi experiencia personal como corresponsal de guerra, vamos a estudiar principalmente la televisión centrándonos en los canales más populares de los Estados Unidos y Gran Bretaña. La película indagará cual es el rol de los medios en las guerras de rapiña como las de Irak y Afganistán, por qué muchos periodistas tocan los tambores de guerra no obstante las mentiras de los gobiernos, y cómo los crímenes de guerra han sido narrados y justificados sin son crímenes.” John Pilger

También hablan del papel de Wikileaks y Bradley E. Manning, joven analista de inteligencia del Ejército de los Estados Unidos. Su persona ha cobrado notoriedad internacional debido a que, según sus denunciantes, habría sido quien filtró en el sitio de Internet WikiLeaks un vídeo del ejército de los Estados Unidos en el que se ve cómo un helicóptero estadounidense mata a un grupo de civiles en Irak, entre ellos dos periodistas iraquíes de la agencia Reuters. Es sospechoso además de haber filtrado otros documentos clasificados acerca de las guerras de Afganistán, conocidos como los Diarios de la Guerra de Afganistán, y de Iraq, así como unos cables diplomáticos de las embajadas estadounidenses alrededor del mundo. Por esta razón fue acusado formalmente por el Pentágono, encarcelado en Kuwait y luego trasladado a una prisión militar en EE. UU. donde aún espera el inicio de un juicio marcial. - expresionbinaria



NO HAY DIOS (PROBABLEMENTE)

En la primavera de 1961, el astronauta ruso Yuri Gagarin se convirtió en el primer hombre en realizar un vuelo espacial. Cuentan que, a su vuelta a tierra firme, alguien le preguntó si había visto a dios en la inmensidad del espacio. Su respuesta fue que, mirando hacia la Tierra, ni había visto ningún dios ni había podido distinguir ninguna nación. 

“En un instante, aquel tipo había desmontado los dos constructos por los que los seres humanos llevamos siglos matándonos: trozos de tierra y dioses que no existen”, sostiene el periodista Manuel Saco (Ourense, 1947), que recoge esta anécdota en su libro ‘No hay dios (probablemente)’, publicado por la editorial Mong y que será presentado este miércoles 20 de marzo a las 19 horas en el Teatro del Barrio (Madrid). 

La obra es una recopilación de parte de las reflexiones que durante más de tres décadas Saco fue desgranando en sus artículos de opinión. Pero, según afirma él mismo, es también un “ajuste de cuentas”, una “denuncia frontal” y descarnada de esos dioses y patrias inventados por la imaginación de quienes viven y se aprovechan de su exclusiva administración. 

En ser preguntado ¿Por qué este libro?, Saco responde:  He escrito de todo hasta que empecé a decantarme por las religiones, que son el cáncer de la humanidad. Detrás de toda guerra hay una religión: alentada directamente, como ocurre con el yihadismo; o bien por medios interpuestos a través de jueces, de legisladores… Las religiones todo lo impregnan, todo lo ensucian, son el enemigo de la sociedad. En la entrada del libro hay una cita de Saramago que dice “si todos fuéramos ateos, el mundo sería más pacífico”. Me interesaba indagar sobre cómo la humanidad se ha dejado caer en brazos de las religiones, sobre cómo gente inteligente puede manejarse diariamente con el instrumento de la razón y tragarse un cúmulo de necedades cuando llega a la Iglesia. Las religiones y los ultranacionalismos —que son otra forma de religión— son dos constructos del ser humano que no tienen sentido. 

Solo se me ocurre recordarle a Manuel Saco (en la foto), que otro ruso, Grigori Perelman, decía que habia demostrado matemáticamente la existencia de Dios.


LEY Y DESORDEN

Me van a perdonar, pero por mucho que se vayan convocando elecciones y aprobando o desaprobando presupuestos, la solución de los problemas más graves del país ni está ni se la espera. Da igual que nuestros políticos opten por el tono apocalíptico de los profetas del Antiguo Testamento o por el de los comerciales de una inmobiliaria; el resultado es siempre el mismo: desidia, corrupción y parálisis acomodadas entre frases rimbombantes y estrategias de trilero. - Javier Melero.

Ya pueden venir luego a hablar del Hard Rock y de los chismes sobre la esposa de Sánchez o la pareja de Ayuso, cuando a nadie parece importarle el deterioro permanente de las instituciones que hacen que un país sea algo un poco más serio que una convención de trumpistas después de la happy hour. Obviamente, me estoy refiriendo al estado de la justicia y a la magnífica ocasión que el aniversario del 11-M hubiera ofrecido a cualquier servidor público sensato para que se le cayera la cara de vergüenza y acometiera de una vez por todas su reforma. Por lo menos para que el liderazgo español entre los países que pomposamente llamamos “de nuestro entorno” no se limite al consumo de cocaína. 

Verán. Después del estallido de las bombas del 11-M, la policía localizó a los autores de la masacre en un piso en Leganés y, justo cuando estaban franqueando la puerta del escondite, una nueva explosión destrozó el edificio y acabó con la vida de un GEO y de los terroristas. Fue de tal intensidad que llevó algún tiempo establecer cuántos hombres había en el piso y hasta seis meses después no se identificó a uno de ellos, un argelino llamado Allekema Lamari, que, según la policía, había ostentado el liderazgo de la carnicería: le llamaban el Emir.

El atentado fue ampliamente seguido por los medios de comunicación de todo el mundo, pero un detalle importante, aunque sumamente embarazoso para las autoridades españolas, pasó prácticamente desapercibido. Durante el periodo en que preparó y ejecutó la masacre, Lamari tendría que haber estado encerrado. Había sido detenido y encarcelado por terrorismo en 1997 y, cuatro años más tarde, juzgado y sentenciado por la Audiencia Nacional a un total de 14 años de prisión.

Sus abogados apelaron al Tribunal Supremo. Al año siguiente, su recurso aún no había sido resuelto y la Audiencia advirtió en un escrito de que en pocos meses Lamari llevaría cinco años encarcelado (el plazo máximo de prisión sin sentencia firme) y de que, si el recurso no se ventilaba pronto, tendría que ser puesto en libertad. Poco después, el Supremo resolvió y estableció, por los pelos, la condena definitiva dentro del plazo máximo de cinco años.

Sin embargo, Lamari fue liberado. La razón fue que la sentencia del Supremo tardó más de un mes en encontrar su camino hasta llegar a la Audiencia Nacional, a pesar de que esta se halla apenas a un centenar de metros, al otro lado de la hermosa plaza de la Villa de París en Madrid. En ese lapso, la Audiencia, al haberse cumplido ya el plazo máximo de prisión provisional que correspondía a Lamari, ordenó su puesta en libertad. Lamari cogió sus cosas, se ocultó en Madrid y nadie volvió a dar con él hasta Leganés. Como lo oyen.

Los juicios rapidísimos que debieran celebrarse en el mismo día se están señalando ¡para el 2025!

Siempre he defendido la integridad y el esfuerzo de la inmensa mayoría de nuestros jueces, lo que no me impide afirmar que la ineptitud y el retraso son tristemente típicos en los tribunales españoles, saturados e infradotados desde, al menos, los últimos años del franquismo. Varios estudios vienen concluyendo hace tiempo que los problemas fundamentales residen en la ridícula plantilla de jueces y en que los sucesivos gobiernos no han invertido suficiente dinero de los contribuyentes en la administración de justicia.

La semana pasada se celebró un juicio en la Audiencia de Barcelona. Las tres abnegadas magistradas observaban con impaciencia la duración de los interrogatorios a los testigos cuando una de ellas pulsó el micrófono y advirtió con tono compungido de que, si no terminaba la sesión ese mismo día, el tribunal no volvía a disponer de una sala de vistas ¡hasta el mes de octubre! Aunque eso no es nada: los juicios rapidísimos que debieran celebrarse en el mismo día se están señalando hoy ¡para el 2025!

Con este panorama no tengo los ánimos para esperar nada ni de amnistías ni de elecciones a las que se presenten unos políticos de los que no sería exacto decir que no les importe el país o sus habitantes. Es solo que ellos se importan mucho más.


NO HAY MÚSICA EN LA SALA


"La luz, el sonido, etc. sólo existen en nuestra mente, fuera de ella no hay luz ni sonido. Fuera hay energía electromagnética, movimiento de partículas y átomos". A continuación, nuestro cerebro, en lugar de captar estas energías o partículas directamente, "recibe el impacto de ellas y gracias a su trabajo neuronal convierte ese impacto en ilusiones de luz, color, sonido, etc". Si vamos a un concierto en el que una orquesta sinfónica está interpretando una melodía y pensamos que la sala está llena de música, no es verdad, asegura el científico español Ignacio Morgado. "No hay música en la sala, sólo está en tu mente".
  "Por ejemplo, el tacto es una ilusión muy práctica. Lo notamos en la mano y nos permite alargarla para coger objetos". Sin embargo, es el cerebro el que siente, y esto se sabe, por ejemplo, por los casos de las personas que han perdido la mano, pero siguen notando el tacto. "Por eso las ilusiones del cerebro son prácticas, que funcionan y nos permiten sobrevivir, conseguir propósitos".
Por sorprendente que parezca, la idea de que el cerebro es quien genera los procesos mentales es relativamente nueva. Los antiguos egipcios, lo consideraban un órgano superfluo, lo extraían por la nariz de los cadáveres que embalsamaban. En la Grecia clásica, Aristóteles encontró motivos para ubicar los procesos mentales erróneamente en el corazón. Incluso el filósofo racionalista francés René Descartes, entrado ya en el siglo XVII, creía que la mente (o alma) era algo ajeno al cuerpo.
Ignacio Morgado nos sumerge en los secretos del cerebro y analiza con detalle y rigor la mente humana y el mundo de los sentidos. ¿Quiénes somos? ¿De qué soy consciente en todo momento? ¿Podemos sentirnos fuera de nuestro cuerpo, ubicados, por ejemplo, en el de una muñeca? ¿Existen en realidad los colores? ¿Por qué no tenemos nombres para los miles de olores que podemos percibir? ¿Es el mismo gusto que sabor? ¿Los sonidos pueden evocar colores? ¿Se corresponde lo que percibimos con la realidad? ¿El cerebro humano puede entenderse a sí mismo?
  Sosteniendo su idea de que el mundo es una ilusión creada por el cerebro, Morgado explica que lo que hace el cerebro es crear unas ilusiones "prácticas", que nos permiten sobrevivir. Una reflexión para reflexionar sobre ello, valga la redundancia, en la línea de la realidad no realidad.


SAN SEBASTIÁN CONTRA EL GENOCIDIO EN GAZA



La multitudinaria manifestación celebrada este domingo en San Sebastián, contra el “genocidio,” en Gaza, ha concluido con una impresionante performance en el Peine del Viento, donde cientos de personas, han emulado las dramáticas imágenes de cadáveres apilados en la franja palestina. La marcha. ha sido organizada por representantes de la cultura vasca, agrupados bajo la iniciativa Kulturatik, y a la misma han asistido, además de algunos de los principales creadores vascos, representantes de PNV, EH Bildu, PSE y Podemos.
La multitudinaria manifestación ha discurrido por los paseos de La Concha y Ondarreta, acompañada de actuaciones musicales e intervenciones artísticas dirigidas a denunciar el genocidio en Gaza. Las imágenes más impactantes de la manifestación, no obstante, han llegado al término de la misma, junto a la emblemática obra de Eduardo Chillida. 
Allí, buena parte de los manifestantes se han tumbado en el suelo para dibujar una figura humana y representar así la muerte de miles de palestinos en Gaza. Lo han hecho bajo el sonido de las sirenas antiaéreas que anualmente recuerdan el bombardeo de Gernika en 1937 y junto a una imagen del Guernica de Pablo Picasso.
El acto ha finalizado con la lectura de un manifiesto en euskera y castellano a cargo de las actrices Itziar Atienza, Mireia Gabilondo, Aitziber Garmendia, Joseba Bengoetxea y del palestino Mohamed Farajallah, quienes han llamado a la población a "no acostumbrarse" a lo que está sucediendo en Gaza.
"No queremos acostumbrarnos a que un estado racista y criminal mate cada día a cientos de personas inocentes", han asegurado, tras lo que han denunciado la "tibieza cómplice del 'mundo libre y civilizado' presidido por EEUU y seguido por la UE".
El manifiesto ha abogado por no normalizar que en Gaza "cada diez minutos se mate y se hiera a un niño" o que "cada día más de diez niños pierdan una o sus dos piernas".
"Estamos ante un genocidio, un apartheid sistemático. Por eso interpelamos a nuestros dirigentes y políticos a que cesen todas sus relaciones comerciales, militares y diplomáticas con Israel y aprovechamos la asistencia y adhesión a esta manifestación de partidos políticos que tienen responsabilidades de gobierno en Ayuntamientos, diputaciones forales, Gobierno de Euskadi, Gobierno de Navarra y Gobierno de España para que consumen la ruptura cuanto antes", han indicado. - lavanguardia.com

 


LOS COCHES FÚNEBRES SE VAN DE PASEO

El conseller Elena ha presentado los dos coches fúnebres que recorrerán las carreteras para concienciar de los efectos que tienen las drogas (alcohol incluido) cuando te pones al volante. Son coches largos, de color negro, con una gran corona de flores rojas en la ventanilla posterior. Es una corona tan bonita que me compraré una igual en la calle València, en Flores Navarro, y me la colgaré en el cabezal de la cama. En las ventanas laterales, esas alargadas por donde habitualmente observas el ataúd que transportan, hay vinilos rojos: “El alcohol y las drogas causan 1 de cada 3 muertos en accidentes de tráfico”. Debajo, el eslogan de la campaña: “Dalt del cotxe 0,0” y los logos del Servei de Trànsit y la Generalitat.

Tanto vinilo y tanto logo quitan a esos coches fúnebres la capacidad de helar el espinazo de los destinatarios. Ya se ve que todo es un montaje publicitario. Además, dicen que “recorrerán las carreteras para concienciar”, pero me gustaría saber exactamente por qué carreteras irán.

Cuando los de Hazte Oír pasean un autobús, avisan previamente de la ruta para que puedas estar en la acera y darle la bienvenida. Pero, con los servicios funerarios del conseller Elena, ¿cómo puedo saber dónde verlos? En Catalunya hay más de diez mil kilómetros de carreteras. Creo que en el TN de TV3 (la suya) podrían anunciar cada noche por donde circularan los coches fúnebres al día siguiente. De no ser así, poca gente verá esos coches fúnebres. Con que haya salido la noticia en la tele deben de darlos por amortizados. Y a ver si no sería una gozada que les quitaran los vinilos publicitarios y los hicieran circular con un ataúd abierto. Por las ventanas laterales, los peatones podríamos contemplar el cadáver del último muerto en accidente de tráfico, tomar conciencia del peligro de conducir drogado y, evidentemente, vitorearlo, y a lo mejor incluso concienciarse. Y de paso el presunto occiso podría saludar a la concurrencia.


EL CASO DE LOS NINOTS MIGRANTES


En la foto que pueden ver en esta información parece que cuatro jóvenes subsaharianos están intentando saltar una valla muy alta. No son personas, son ninots; y el artista fallero que ha realizado la composición perseguía lo que se ha logrado: impactar al público. Tanto, que el pasado sábado por la noche, un grupo de una docena de personas, entre ellas varios subsaharianos, intentaron subirse a la valla para bajarlos al entender que era una burla o una escenificación inapropiada de un drama, de una realidad presente en muchas vallas, principalmente en Europa.  Estos cuatro ninots están instalados sobre la valla que separa en la plaza del Ayuntamiento de València al público de la zona de disparo de las mascletàs, por seguridad. Y a pocos metros de la falla municipal, una formidable oda a la paz ideada y construida por Pere Baenas y diseñada por Esif, uno de los artistas urbanos más sensibles a la crisis social. La falla está compuesta por dos enormes palomas y tiene el lema Dos palomas, una rama, es un alegato pacifista. La de los migrantes es una escena rescatada de la falla de la meditadora de 2020, la de la pandemia que se quemó casi a escondidas.

Tuvo que intervenir la policía nacional ante la posibilidad de que quienes se indignaron con la escena acabaran bajando o destrozando los ninots. Fue la propia policía la que explicó a los indignados el sentido de la obra, y estos comprendieron que la secuencia había sido diseñada justamente para denunciar cómo miles de personas intentan, muchas veces sin éxito, huir de la miseria, de la guerra, del hambre, hacia una tierra que les cierra las puertas, con vallas de gran altura y con medidas represivas.

Lo sucedido el sábado en esta falla confirma el poder del arte fallero, una forma de creatividad que nació hace más de un siglo y medio con voluntad crítica, con vocación irreverente, con la necesidad de provocar en quien contempla los monumentos falleros una reacción. Esta tradición se ha mantenido con altibajos, con periodos de gran potencia discursiva, como durante la República o durante la transición, y con épocas donde el arte fallero estaba tan adormecido como las portadas de los diarios. 

No es el arte fallero objeto de admiración entre las corrientes críticas del género, entre otros motivos porque es efímero: todo desaparece en la Nit de la Cremà, en la noche de Sant Josep, cuando todas y cada una de las más de 700 fallas –grandes e infantiles– son víctimas del fuego que nuestros ancestros activaban para celebrar el cambio de solsticio y espantar malos espíritus.

Es una injusticia histórica. El arte fallero ha sabido, año tras año, ofrecer su mirada ácida de la actualidad política, cultural, social, económica, cultural e incluso internacional. Con apuestas vibrantes como la de la falla ganadora de este año en la Sección Especial (las de mayor presupuesto), que es la Antiga de Campanar; una clara advertencia hacia los peligros del cambio climático. Un dado: la falla ganadora está ubicada en el barrio donde no hace mucho ardió el edificio de dos torres que provocó la muerte de diez personas y centenares de damnificados.

Lo sucedido el sábado en la plaza del Ayuntamiento es la confirmación de la enorme utilidad del arte fallero, de su capacidad para generar emoción y, en paralelo, reflexión sobre el momento que nos ha tocado vivir. En una fiesta visitada por centenares de miles de personas cada año, que encuentran en estas fallas un atractivo único para observar la belleza, muy barroca en ocasiones, de la composición monumental de los ninots y sus particulares historias.

Es, finalmente, una victoria para quienes consideran que las fallas son un ejemplo único en el mundo para impactar en el alma de quienes las observan. En este caso, de cuatro ninots intentando saltar una valle en el corazón de València.  - SALVADOR ENGUIX




NO NOS ARRASTRARAN AL GRITERIO SALVAJE



Un hombre, ya mayor, internado en un hospital, mantiene breves conversaciones con una enfermera mientras contempla la transparencia del antibiótico que entra, gota a gota, en su cuerpo, como el agua del manantial, sin prisa por llegar a ninguna parte. Mirando por la ventana, observa cómo despuntan las hojas nuevas de un viejo fresno. Como el árbol que, pese a la edad, celebra el aire de la primavera que se acerca, el enfermo imagina que no está en un hospital sino en un paseo, frente a una playa, en un lugar de vacaciones donde le sirven zumos de fruta, le dan masajes cardíacos y le permiten largas curas de sueño. 
El enfermo es Adam Zagajewski, aunque la enfermera le llama señor Zajewski. Es un poeta sencillo y profundo a la vez. Dos cualidades muy difíciles de trenzar, ya que, con frecuencia, la sencillez se convierte en simplicidad, mientras que la profundidad tiende a caer en la abstracción. Adam Zagajewski sabe idear puntos de fuga, pequeñas anécdotas explicadas al oído de los lectores, de los que arranca, a la vez, una honda mirada sobre el oficio de vivir. Dominado por los agradables pensamientos primaverales, el enfermo oye, de lejos, el rugido de la masa de un estadio de fútbol. Juegan los rojos contra los azules. Mientras los bárbaros cánticos y los insultos se imponen en el estadio, el enfermo descansa en la tranquilidad y el silencio de la clínica, aferrado a la luz primaveral. Aliviado por la lejanía del estadio, el poeta concluye: “No tomo parte en esta batalla”. De su mano, en estos días de tanta ira (¡la rabia de la política, infatigable!), lo digo yo también: no nos arrastrarán al griterío salvaje, no, esta vez no. Es vomitivo. Ya basta. 
Para silenciar la rabia del estadio, basta con el refugio de unos buenos versos. Con la visión de un árbol de hojas nuevas. Con el gozo de reencontrar, por fin, charcos de agua en los caminos. - Antoni Puigverd.
 

En ciudades ajenas venimos al mundo
y las llamamos patria, más breve es
el tiempo concedido para admirar sus muros y sus torres.
Caminamos de este a oeste, ante nosotros rueda
el gran aro del sol
ardiente, a través del cual, como en el circo,
salta ágilmente un león domado. En ciudades extrañas
contemplamos las obras de viejos maestros
y, sin asombro, en añejos cuadros vemos
nuestros propios rostros. Habíamos existido
antes, e incluso conocíamos el sufrimiento,
nos faltaban tan solo las palabras. En la iglesia
ortodoxa de París, los últimos rusos blancos,
encanecidos, rezan a Dios, varios lustros
más joven que ellos y, como ellos,
impotente. En ciudades ajenas
permaneceremos, como los árboles, como las piedras.

                                                         Adam Zagajewski


COMO ALCANZAR LA FELICIDAD


Desaparecer de las redes, no contestar los mensajes de WhatsApp, de aislarte de todo, hará que seguramente te llegarán mensajes preguntando si estás bien. Lo curioso es que pocos te llamarán por teléfono. Quizás por miedo a que contestes y resuelvas sus dudas de no enfrentarse a la paradoja de por qué, estando bien o mal, te lo guardes para ti, qué excentricidad es eso de volver a tu intimidad. La privacidad se logra cerrando puertas. La intimidad es otra cosa. Siempre es otra cosa. La puedes conseguir cerrando los ojos. Pero, ¿y la felicidad? ¿Cómo llegar a alcanzarla?
Mucho se ha escrito y teorizado sobre la felicidad. La felicidad es un sentimiento agradable, de satisfacción, y también de ausencia de sufrimiento, dijo alguien, aunque hay quien sostenía - como Punset - que la felicidad es la ausencia de miedo; hay demasiado hedonista confundido en medio, y decía Françoise en la Náusea de Sartre, que la felicidad es un instante, un momento donde todo está en su lugar, donde todo está bien. 
También hay quien dice que la felicidad está en saber saborear el placer de las cosas pequeñas y en no preocuparse innecesariamente por las cosas en general. Y dicen los abuelos que la felicidad reside en conformarte con lo que tienes y en no desear nada que no puedas alcanzar. Freud decía que hay dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota, la otra serlo.

La felicidad puede ser la tierna mirada de un niño, o escuchar su risa fresca, o tal vez una caricia, o a lo mejor mirar fijamente a los ojos de la persona amada. La felicidad puede ser pedirse mucho uno mismo y exigir poco a los demás, y darse, sobre todo darse, y puede estar también en la amistad.

Un filósofo argumentaba que el que no haya poseído nunca nada, y pese a este hecho, haya tenido lo que necesitaba, habrá estado muy cerca del estado de conciencia que puede llevar a la felicidad, y creo que este último es el que más acercaría a lo que podríamos entender como felicidad o estado de felicidad, en el bien entendido de un estado temporal, transitorio, escurridizo y volátil. 

Quizás la felicidad resida como nos cantaba Joan Manuel Serrat, en aquellas pequeñas cosas....



DESNUDOS FRENTE AL ALGORITMO


Una vez, un misionero reprochó a un indígena su desnudez y éste le respondió, señalándole la cara: “Pero vosotros también estáis desnudos aquí”. “¡Pero eso es la cara!” , respondió el misionero. Y entonces el indígena replicó: “Es que para nosotros todo es cara”. 

Estos días, - explica Carlos Fernandez en el diario.es - yo lo he tenido más difícil que ese indígena. Un algoritmo de Youtube ha decidido interrumpir una serie de antropología que estaba colgando en mi espacio La Filosofía en Canal, que tengo abierto desde hace cosa de tres años. Resumo apretadamente la extraña distopía en la que me he visto envuelto en estas últimas semanas. De pronto, Youtube se negó a aceptar mis videos, tal y como ocurre cuando intentas subir algún contenido con derechos de autor susceptibles de reclamación.

Me costó mucho encontrar el motivo, porque cuando preguntas a Youtube te contesta un algoritmo de muy parcas explicaciones. Hay la posibilidad de insistir hasta que logras contactar con una persona humana. Tras mucho tirar de la lengua a los humanos supuestamente responsables, se me comunicó más o menos la siguiente situación: el algoritmo de Youtube había considerado que en mi canal se exhibía pornografía infantil (“imágenes de menores sexualizados o donde se les explote sexualmente”). Eso había provocado que se me adjudicara un número que volvía sospechosa cada cosa que intentara subir, de tal manera que, cada vez más, todos mis contenidos eran rechazados. Y cuanto más insistía, más sospechoso me volvía. Incluso algunos de mis videos pasaron a ser calificados de “incitación al odio”. A ello se sumó que, por lo visto, ya hace años, el algoritmo me había calificado de negacionista de las vacunas, lo que me convertía en reincidente.

He tenido que rebobinar. En efecto, he recordado que hace tiempo Youtube retiró un video de mi canal en el que retóricamente venía a decir que lo más peligroso del negacionismo durante la pandemia era el empeño que se ponía en negar el capitalismo y sus terribles efectos en la industria farmacéutica. Pero el algoritmo había entendido que lo que negaba era las vacunas. Investigando un poco más, he llegado a entender que el motivo por el que se me ha clasificado de “incitador al odio” es que había pretendido titular 'El ser humano en la basura' el capítulo 5 de mi serie de antropología, algo que venía bastante a cuento si se considera que todo el capítulo era un comentario de un texto de Claude Lévi-Strauss en el que dice que “los antropólogos buscamos nuestro tesoro en los cubos de la basura de los historiadores”. Y así llegué a entender también lo de la pornografía infantil. El algoritmo había localizado semejante cosa en las fotos de los nambikaras (hombres, mujeres y niños) que Lévi-Strauss incluyó en su libro 'Tristes Trópicos', un clásico inmortal de la antropología, traducido a todas las lenguas del mundo y del que se habrán vendido miles de millones de ejemplares sin que el algoritmo de Youtube se haya percatado. Tampoco ha caído en la cuenta, el dichoso algoritmo, de que los nambikaras de las fotos, en realidad, no están desnudos, porque llevan un cordón en la cintura; y, de hecho, se sienten muy avergonzados de mostrarse sin él, porque se sienten desnudos. 

Un gran malentendido, sin duda. Pero a partir de aquí es cuando todo se vuelve onírico. Los humanos que hay detrás del algoritmo aseguran que no hay medios para intervenir en el criterio de la máquina (si es que es una máquina). La única posibilidad sería “enseñarle”,  hacer que cambie su opinión sobre mí. Y no pueden informar sobre cómo se podría hacer eso. Todo el mundo sabe que es un error, pero no se puede hacer nada, no se le puede decir al algoritmo que se ha equivocado. La única posibilidad es enseñarle a cambiar su criterio, un verdadero acertijo o quizás un sortilegio que recuerda a los cuentos de hadas. Finalmente, tras mucho meditar, hemos recurrido a una especie de tratamiento conductista: subir centenares y centenares de contenidos para “reeducar” al algoritmo, a ver si se acostumbra al hecho de que soy una persona normal. Algunos youtubers más experimentados me han asegurado que así acaba por entender en cosa de dos o tres meses. Respecto al capítulo 5 de la serie de antropología, hemos recurrido provisionalmente  a una estratagema de las antiguas: hemos vestido con fotoshop a los indígenas con unos grandes calzones blancos (antes probamos a pixelar los pezones y los culos, pero el algoritmo no se dio por satisfecho). 

Hablar con los humanos de Google ha sido como estrellarse contra un muro, porque esto de los algoritmos es un poco como un “gran secreto”, una especie de “piedra filosofal” que nadie sabe bien cómo funciona y que los influencers creadores de contenido están todo el tiempo intentando averiguar (“oye, que parece que me va mejor si la gente comenta mucho, o si comparte el link o si le dan like...”) y es todo como ir dando palos de ciego. De hecho, cada vez que hay algún cambio en cómo los algoritmos consideran que eres relevante, suele haber un poco de revuelo entre la gente que se dedica a esto, intentando averiguar cómo pueden salir beneficiados;  y de esto siempre hay mucha literatura y mucha leyenda (que si el algoritmo de TikTok beneficia los rostros de mujeres y el de Instagram los de hombres siempre que sean guapos, que si TikTok te beneficia si sales sonriendo o bailando... De hecho, durante un tiempo, salía la gente lanzando mensajes políticos en TikTok mientras bailaba, para que el algoritmo les diera visibilidad). 

A mí, todo esto me da mucho miedo. Yo recuerdo muy bien lo que era enfrentarse a un profesor que te tenía manía en el colegio. Algunos eran sádicos diagnosticables, otros malos y tristes, bestias franquistas que no tenían dos dedos de frente. Pero nunca tuve que enfrentarme a alguien tan rematadamente estúpido como este algoritmo generado por la imbatible Inteligencia Artificial, la que ganó a Kaspárov jugando al ajedrez. No sé qué opinará el ChatGPT sobre esto. 

De lo que no me cabe duda es que es imprescindible empezar a pensar en controlar políticamente los algoritmos. Mejor hacerlo ahora en que todavía son relativamente estúpidos que cuando ya nos den cien vueltas. Que yo sepa, aunque sé muy poco, sólo recuerdo a Iñigo Errejón, desde Más País, alertando sobre el asunto, proponiendo crear una Agencia Estatal de Algoritmos. La cosa es gravísima, en el fondo. Lo que me ha ocurrido a mí es una tontería, sin duda. Pero personalmente, me ha hecho entender la que se avecina. El algoritmo ha tomado una decisión errónea. Eso lo saben perfectamente y así lo reconocen quienes crearon la máquina. Pero, sin embargo, ellos no pueden intervenir, es imposible.

Por mi parte, he tenido que investigar cómo funciona y cómo aprende esa máquina (cosa que, además, es un secreto), para intentar convencerla de que ha cometido un error. Nos encontramos frente a un ostracismo inapelable, en el que, incluso sabiendo todos que ha habido un error, no hay más remedio que intentar convencer a ese ente extraño y secreto de que es así. En este caso, hay que enseñarle la diferencia entre la pornografía infantil y la etnografía. Pero esto es lo de menos. Ya estamos administrados por algoritmos en demasiados ámbitos. Un ejemplo significativo es lo que puede leerse en esta noticia: Trabajo exigirá a las empresas de reparto compartir los algoritmos que utilizan para decidir a qué trabajador envían en cada trayecto. 

Desde luego, no creo que haya que demandar un algoritmo perfecto, capaz de machacarnos cuando se vuelva loco. Lo importante es demandar la posibilidad de someterlo a un control humano. Es algo que se viene repitiendo desde los tiempos de Asimov (“Artículo primero: los robots obedecerán a los humanos”) y '2001. Una odisea en el espacio'. Antes era el futuro. Ahora es un presente distópico que ya está en marcha. Hemos creado algoritmos para que nos ayuden, no para que se nos responda “no podemos hacer nada, porque lo dice el algoritmo”. Exactamente la misma barbaridad, por cierto, a la que nos tiene acostumbrados el capitalismo: no se puede hacer nada, porque lo dicen los mercados. Ningún Parlamento se atreverá a llevar la contraria a los mercados. Y se suponía que los mercados, por criminales que fueran, eran tan inteligentes como una mano invisible. Los algoritmos serán igualmente criminales y, por ahora, ni siquiera parecen muy inteligentes. Por lo menos respecto a cuestiones de interés humano. Porque no están administrando nada que tenga interés humano. Están administrando, como bien demuestra Johann Hari en su espléndido libro 'El valor de la atención', los inconmensurables negocios que se pueden hacer con nuestra atención en la pantalla. Y eso, sin duda, lo hacen muy bien. Pero mientras tanto, no saben distinguir entre un indígena vestido con un cordón y un amuleto y la pornografía infantil. Son muy inteligentes, pero no están interesados en las mismas cosas que nos interesan a nosotros. Exactamente, lo mismo que ha pasado con el capitalismo ya desde el siglo XIX.

PD: Evidentemente, yo no he tenido ni idea de cómo reaccionar frente a todo esto. Le agradezco a Miguel Ángel Ojeda García que, además de crear y organizar 'La Filosofía en Canal', se haya ocupado también de la batalla contra el algoritmo".

Y el problema no solo está en Youtube, no ha mucho en feisbuc a mi me censuraron un escrito en el que salía un niño al que un soldado israelí le rompió un brazo, consideraron los algori0tmos de feisbuc que el contenido era violento. Claro que lo era, pero no la foto, sino el soldado israelí.


COMO UN REBAÑO PERDIDO EN LA NADA

Vivíamos mucho mejor cuando estábamos menos informados de lo que pasaba. De hecho, debería decir menos desinformados. No sé si se puede renunciar a la actualidad, pero la mera propuesta suena muy bien. Porque en la actualidad parece que uno está informado solo para alterar su ánimo, entrar de lleno en un laberinto de obsesiones inducidas. Estar informado para no poder hacer nada con esa información. Información que solo genera ansiedad. Información que solo hace que vivas peor. Información servida y troceada para que no cambies de canal ni muevas el dial. Para que te distraigas, para que ofendas y te ofendas. Parlamentos llenos de jabalíes desaforados como platós de televisión. Tertulias llenas de información. Información llena de ataques de nervios. Información veraz, información sesgada, información que señala, información falsa, información para nada.

Pero el objetivo se ha conseguido. No sabemos mucho de nuestro entorno más próximo. La familia, los amigos, las calles y comercios desaparecen en el día a día. Nuestros ojos se han acostumbrado a no querer verlo, como no vemos a la gente pidiendo en las aceras de nuestras ciudades. No sabemos mucho del día a día de nuestros amigos o de nuestros padres, de nuestros hijos o de quien fuimos nosotros. De nuestra nostalgia, nuestra derrota y de nuestra olvidada rebelión. No sabemos nada. No tenemos noticias de toda esa información, porque a unos no les importa que la tengamos y a otros no les interesa. Han conseguido adoctrinarnos, domesticarnos para servirse de nosotros como conejos de indias o mejor como ovejas de un rebaño perdido en la nada del conocimiento.


ALBA RENAI, QUE GUAI


Hace unas horas se anunció una noticia que ha revolucionado las redes sociales, y no para bien: Supervivientes 2024 contará con una presentadora hecha con Inteligencia Artificial (IA). Alba Renai ha sido diseñada y creada por Mediaset como una influencer virtual que será la encargada de conducir Supersecretos con Alba Renai, donde dará la última hora del reality.
Ante esta noticia, no solo han salido muchos detractores ajenos a la cadena, sino también de dentro. Y una de ellas ha sido Patricia Pardo, que no ha dudado en expresar su indignación en su programa Vamos a ver. "Déjame que te toque porque quiero celebrar poder estar al lado de un presentador en carne y hueso", ha empezado a expresar, dirigiéndose a su compañero de mesa Joaquín Prat.
Ante estas palabras, el presentador ha querido romper una lanza a favor de su cadena y ha asegurado que él no se siente "amenazado teniendo en cuenta que la nueva compañera de realidad virtual es mujer". Sin embargo, Pardo ha sido muy clara: "Yo sí". Y es que, no solo teme poder perder su puesto de trabajo con estas nuevas incorporaciones, sino que no ve justo la estética elegida para esta primera presentadora hecha por IA. "Claro, fíjate, no es un hombre viejo y calvo, ¿verdad?", ha sentenciado con rotundidad. No sabe Pardo que no hay ningún presentador viejo y calvo, ni presentadora vieja y gorda. ¿Qué quería, la imagen de la desganada voz de la prejubilada del 3/24?, 
Me parece de lo más normal y práctico por parte de Mediaset que hayan tomado esta decisión, el tipo de presentadores que tienen poco aportan y menos aún tienen algo de periodistas. De hecho, si no hubiesen dicho nada, nadie se habría enterado de que la presentadora de supervivientes ha sido creada por una IA. lo que espero es que, pronto, todos sus presentadores sean creados por IA, al fin y al cabo para desinformar como lo hacen, mejor una IA, al menos no se sentirá culpable. Por cierto, para cuando una IA que sustituya a Ana Rosa Quintana, Sonsoles, o a Ferreras.
Lo que deberíamos cuestionarnos es si esta presentadora virtual que sustituirá a una real cotizará en la seguridad social, porque de no ser así, me temo que en breve todas las presentadoras de la televisión serán casi todas virtuales.


                                        Alba Renai - Arriba en la foto, Patricia Pardo.


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