Fraga: el cielo es suyo

El juez Baltasar Garzón, juzgado por prevaricación en las escuchas ilegales del caso Gürtel y que más adelante será juzgado también por investigar sobre los muertos del franquismo, es un claro ejemplo de cómo no se debe conducir la cosa Judicial, este juez estrella, o estrellado, no debemos olvidar que fue condenado él y el Estado Español por el Tribunal de Estrasburgo, por torturas, a raíz las detenciones arbitrarias de supuestos independentistas catalanes cuando los juegos olímpicos. Este juez que tiene arranque de caballo y parada de burro, incapaz de llevar a cabo de manera correcta las diligencias de las causas espectaculares que abre y suelen acabar en nada la mayoría, por defectos de forma, falta de seguimiento o de capacidad de instruirlas como  debiera. El hombre que procesó a Pinotxet que por cierto le toreó en la ya célebre escena de la llegada a Chile en silla de ruedas y la milagrosa recuperación nada más llegar a su país. El hombre que procesó a Videla y otros militares de la represión dictatorial Argentina, que montó todo el espectáculo de la nada del clan Oubiña, en fin el hombre de quien dicen que es incapaz de hacer con una mínima dignidad y profesionalidad las diligencias pertinentes para encausar a quien tan espectacularmente ha procesado antes. Este súper juez a quien sólo le falta una capa para volar, se dió cuenta con un cierto retraso de setenta años que el nacional socialismo causó miles de muertos (31.000 en el siniestro Valle de los Caídos dicen hay) y intento encontrar en una serie de parroquias la lista de los desaparecidos en aquella época, para ver qué posibilidades había de recuperar la memoria histórica y juzgar a los fascistas causantes de los crímenes de guerra y posguerra.
En Cataluña ya se ha hecho todo este trabajo hace tiempo y en Valencia también. Por su parte, el portavoz de la Asociación de Jueces y Magistrados Francisco de Vitoria (AJFV), Lorenzo del Río, dijo en su día que le causaba sorpresa que se abriera la vía penal para la identificación de personas o de fosas cuando esto "perfectamente se podía ver en la vía administrativa y haber un impulso político para esta materia". En su opinión, debería ver hasta qué punto este asunto puede ser competencia de la Audiencia Nacional. El portavoz de la Asociación Jueces para la Democracia, Miguel Ángel Jimeno, siempre ha defendido el derecho de los familiares de las víctimas a saber "dónde se encuentran sus muertos", cuestionó sin que se haga a través de un proceso judicial ya que, en su opinión, debería ser el Ejecutivo el que lo llevara a cabo.
Posiblemente estos magistrados se amparen estrictamente en la ley y no en el vedettismo huidizos y mediático del Juez Garzón. De todas formas cuando hablamos de criminales y por tanto de gente que bajo un Gobierno ilegal firmaba "enterados" a penas de muerte arbitrarias como la de Salvador Puig Antich, y otros sucesos condenables como Intxaurrondo o Montejurra sin ir más lejos, creo que a muchos nos viene a la memoria un nombre: Manuel Fraga Iribarne. Pues mira, podía haber empezado hace tiempo por aquí el Juez Garzón, más no lo hizo. Hoy a las cinco de la tarde han enterrado en Perbes a Manuel Fraga Iribarne, lo que muchos españoles no han podido hacer con sus familiares asesinados o ajusticiados durante la guerra civil. Quiere decir que algo se hizo mal en la transición, al no cerrar las heridas de la Guerra ni pedir responsabilidades a quienes mucho tuvieron que ver. Estos por cierto, que nunca han ni siquiera pedido perdón por sus crímenes ni condenado el franquismo, como sería el caso del fallecido Manuel Fraga, y por cierto: ni Alianza Popular primero o el Partido Popular después han condenado nunca el franquismo, es más, se han negado a hacerlo y eso ley de partidos en mano debería significar su inhabilitación como tales, como se hizo con menos motivos con Batasuna. Pero la ley de partidos perpetrada por Aznar con la connivencia de José Luis Rodríguez Zapatero, estaba diseñada sólo para los abertzales, y si no que se lo pregunten a Arnaldo Otegi y unos cuantos más. Fraga ha muerto y será enterrado, pero sus obituarios han desenterrado viejas heridas. El cielo es suyo, y aquí ha dejado el infierno del rencor

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