La percepción, es que como sociedad nos hemos vuelto muy puntillosos y egoístas, poco solidarios, exigentes en exceso y poco dados a colaborar y participar como ciudadanos de la problemática del día a día de nuestro entorno. Sin enemigo al que combatir, hemos abandonado la lucha y acomodados e indigentes lo hemos déjado todo en manos del papa Estado que debe resolver todos nuestros problemas, o en el caso de Catalunya la Gestoría del Sr. Montilla. Y lo hemos hecho sobre todo con los pequeños, los egoístamente nuestros, y en una clara actitud de hedonismo displicente, nos limitamos a quejarnos sistemáticamente de todo, dar la culpa a los demás de todos nuestros problemas y quedarnos tan anchos convencidos de nuestras razones.
Instalados en la cultura del "NO" como hace tiempo ya nos reprochaba el expresident Pujol, no queremos la MAT, ni el túnel de Bracons, ni cuarto cinturón, ni cárceles, ni mucho menos "deixalleries" (sinceramente no se como se escribe en castellano, són centros de depósito de residuos), ni nada que perturbe la armonía del supuesto e idílico falso entorno en el que egoístamente vivimos. Si acaso que lo pongan en el pueblo de al lado, que dice lo mismo que nosotros y así hasta el infinito.
No somos capaces de razonar de manera argumentada para oponernos a las propuestas ni a nada en general, simplemente descalificamos de manera sistemática cualquier propuesta venga de donde venga en el mejor de los casos, sino que descalificamos a menudo y de manera sistemática las razones del otro. Hemos perdido la capacidad de análisis y de razonar en cualquier discusión sobre cualquier propuesta, es un diálogo de sordos con posiciones inamovibles desde cuestiones serias a otras más ¿banales? como las corridas de toros.
Nos hemos enrocado de tal manera contra todo en general que más que una sociedad, parecemos una panda de asquerosos palomas arrullando y contaminándolo todo con nuestra insolidaridad mierdosa. Sinceramente me gustaba más el tiempo en que pretendíamos volar libres y comprometidos como las golondrinas que cuando llegan quiere decir que ya está aquí la primavera, mientras que ahora estamos instalados en el invierno de la indigencia mental y la intolerancia hacia todo.
Y ahora Ascò, donde al pobre alcalde se le ha criminalizado desde todas partes empezando por los más que tarugos de los partidos políticos, el suyo incluido, y encima los cuatro llamativos de turno de ayer que se apropiaban no sé con que razón la representación del pueblo de Catalunya cuando vociferaban que Catalunya no quería el almacén de residuos nucleares, y es que de defensores de causas perdidas y extrañas, apologistas del poco trabajo, demasiados hay y bastante que se hacen notar, menos mal que no se les hace caso, de hecho no vale la pena, son subespecies folckloricas que adornan el paisaje pero que como las palomas arrulladoras no sirven para nada.
Y para remachar y terminar, pienso que ni la crisis logrará sacarnos de nuestro letargo, sacudir nuestras conciencias. Continuaremos igual con crisis o sin ella, mientras todo se hunde ante nuestra indolente indiferencia. Debo reconocer que al menos los que protestan inútilmente, los que se otorgan la representación del nombre de Catalunya al menos hacen algo, aunque sea para y por nada.
Instalados en la cultura del "NO" como hace tiempo ya nos reprochaba el expresident Pujol, no queremos la MAT, ni el túnel de Bracons, ni cuarto cinturón, ni cárceles, ni mucho menos "deixalleries" (sinceramente no se como se escribe en castellano, són centros de depósito de residuos), ni nada que perturbe la armonía del supuesto e idílico falso entorno en el que egoístamente vivimos. Si acaso que lo pongan en el pueblo de al lado, que dice lo mismo que nosotros y así hasta el infinito.
No somos capaces de razonar de manera argumentada para oponernos a las propuestas ni a nada en general, simplemente descalificamos de manera sistemática cualquier propuesta venga de donde venga en el mejor de los casos, sino que descalificamos a menudo y de manera sistemática las razones del otro. Hemos perdido la capacidad de análisis y de razonar en cualquier discusión sobre cualquier propuesta, es un diálogo de sordos con posiciones inamovibles desde cuestiones serias a otras más ¿banales? como las corridas de toros.
Nos hemos enrocado de tal manera contra todo en general que más que una sociedad, parecemos una panda de asquerosos palomas arrullando y contaminándolo todo con nuestra insolidaridad mierdosa. Sinceramente me gustaba más el tiempo en que pretendíamos volar libres y comprometidos como las golondrinas que cuando llegan quiere decir que ya está aquí la primavera, mientras que ahora estamos instalados en el invierno de la indigencia mental y la intolerancia hacia todo.
Y ahora Ascò, donde al pobre alcalde se le ha criminalizado desde todas partes empezando por los más que tarugos de los partidos políticos, el suyo incluido, y encima los cuatro llamativos de turno de ayer que se apropiaban no sé con que razón la representación del pueblo de Catalunya cuando vociferaban que Catalunya no quería el almacén de residuos nucleares, y es que de defensores de causas perdidas y extrañas, apologistas del poco trabajo, demasiados hay y bastante que se hacen notar, menos mal que no se les hace caso, de hecho no vale la pena, son subespecies folckloricas que adornan el paisaje pero que como las palomas arrulladoras no sirven para nada.
Y para remachar y terminar, pienso que ni la crisis logrará sacarnos de nuestro letargo, sacudir nuestras conciencias. Continuaremos igual con crisis o sin ella, mientras todo se hunde ante nuestra indolente indiferencia. Debo reconocer que al menos los que protestan inútilmente, los que se otorgan la representación del nombre de Catalunya al menos hacen algo, aunque sea para y por nada.
1 Comentarios
Buenas reflexiones. ¡FELICIDADES!
ResponderEliminarA quienes se interesen en estos asuntos, sugiero explorar las ideas manejadas por Stéphane Frédéric Hessel, en su libro "Indignaos".