Reconozco no estar muy acertado a la hora de escoger las novelas que me llevo de vacaciones. Ya erré al elegir 'El Código da Vinci' en su día, o 'Pandora en el Congo' otro verano, o 'en el nombre del Cerdo'. Este año he vuelto a errar, 'el fiasco' elegido ha sido "El verano de los juguetes muertos 'de Toni Hill que no sé quién es ni me han quedado ganas de saberlo. El verano de los juguetes muertos' muy anunciada por la radio, me ha parecido una novela muy flojita, con unos protagonistas y secundarios típicamente tópicos, bastante mal escrita, o escrita vulgarmente y con dos finales que rozan el patetismo, a cual peor. No me extenderé más, quizás tendría que haberme instalado en la postura que decidí adoptar hace tiempo en literatura del no me gusta, y punto.
Ayer sin embargo, la vuelta desde Lanzarote se demoró cinco horas por el mal tiempo en Barcelona (no estamos preparados para nada en este país) ya que el vuelo de las 18:50 (19:50) salió de Lanzarote a las 11:05 (12:05) o sea que a las cuatro de la madrugada llegábamos a casa, con €131.82 menos en el bolsillo que me birló el parking del aeropuerto. Ya para el viaje de regreso me había comprado una pequeña joya que encontré por casualidad en un supermercado Dino en Pocillos (Geria) y en enterarme del retraso del avión nada más llegar al aeropuerto dos horas antes (05:00) ( 6.00) compré en previsión otra que empecé a devorar y que me hizo cortísimo el viaje: me refiero a 1Q84 de Murakami que es la que estoy leyendo, y como es un valor seguro poco comentaré de esta novela, Murakami, como Bolaño no admite términos medios, o gusta o no gusta, y a mí me gusta.
Pero el pequeño gran hallazgo, la joya de 222 páginas que compré en el Supermercado Dino, es: FIRMIN, de Sam Savage: Firmin es una rata que a base de devorar papel aprende a leer y más tarde a tocar jazz en un piano de juguete, y Firmin, es muchas más cosas, destila humor, añoranza en un mundo contemplado desde un agujero de una libreria en el que todo gira en torno a la literatura y el cine, un mundo que acaba devorado por la modernidad. Como dice Eduardo Mendoza: Firmin no es un ratón humano, sino un ser humano en el cuerpo de una rata. Sinceramente si no la habéis leído os la recomiendo, es de lo más lúcido e inteligente que he leído en mucho tiempo.
2 Comentarios
Toda una peripecia tu viaje, la de ida y la de vuelta.
ResponderEliminarQue bueno que conseguiste "desligar" y concentrarte en la lectura.
Voy a enterarme del Firmin, me parece que me gustaría leerlo.
Un abrazo de llegada.
seguro que Firmin te gustará....
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