QUE LOS DIOSES LES PERDONEN


Ciudadanos, el partido que lidera Albert Rivera (el sólo) se ha situado según el sondeo del Paìs, como tercera fuerza en el consistorio madrileño, empatado con el PSOE. En cuanto a la asamblea, Ciudadanos empata igualmente con los socialistas, pero allí como segunda opción, detrás del PP. El sondeo otorga al partido que se proclama regeneracionista 10 concejales y 29 diputados. En cuestión de semanas las encuestas le otorgan una intención de voto que supera el fenómeno Podemos. Rosa Díez y su Unión, Progreso y Democracia no es ni un recuerdo perdido en el tiempo.
Si en España todo se explica por la influencia que pueda ejercer la televisión o por la incidencia de las grandes corporaciones que integran el Ibex 35 (como afirman algunos politólogos), es un cachondeo. Esto no es la nueva política regeneradora. Esto es la inmadurez de siempre, de la vieja España ignorante y mezquina.
Para empezar, sería bueno recordar el origen de Ciutadanss o Ciudadanos, esta otra agrupación folclórica como Podemos o UPyD. Entre sus fundadores había Félix de Azúa, el dramaturgo y actor Albert Boadella, el catedrático de Derecho Constitucional Francesc de Carreras Serra, el periodista Arcadi Espada, la escritora Teresa Giménez Barbat, la poeta y escritora de ensayos Ana Nuño, el profesor de Economía, Ética y Ciencias Sociales Félix Ovejero, el antropólogo Félix Pérez Romera, el periodista y profesor de periodismo Xavier Pericay, el escritor y crítico literario Ponç Puigdevall, el profesor de Economía y Empresa José Vicente Rodríguez Mora, el filólogo y profesor universitario Fernando Toutain, el escritor Carlos Trías Sagnier, el periodista y poeta Iván Tubau y el escritor Horacio Vázquez-Rial. Todos ellos, bajo un denominador común, el resentimiento hacia Cataluny y el sufrimiento de la síndrome de Xenius, en algunos de ellos.
Este proyecto inicial no iba a ninguna parte, ni sus fundadores creían demasiado en él, de hecho fundaron la cosa simplemente para tocar los bemoles, y por eso se fue arrastrando una temporada sin pena ni gloria hasta que apareció Albert Rivera. Un Albert Rivera que tardó en despuntar, y lo ha hecho, no por méritos propios, sino por qué a alguien le ha convenido activarlo como antídoto de Podemos, asi de sencillo y así de triste y patético.
Albert Rivera, no es un político, como Rosa Díez, es un espabilado que ha visto el panorama y se ha apuntado como buen oportunista en la movida, no busquéis densidad, no hay nada detrás, ni ideas, ni programa ni proyecto político, ni Carina Mejias, rebotada del Pp que no tenía donde caerse muerta en su incongruencia. Ciudadanos, como UPyD o Podemos, es la nada, una entelequia, el puro oportunismo rapaz ante el fracaso del bipartidismo oficial, incluso ya tiene con Cañas los primeros síntomas de corrupción o mala praxis de administración de la cosa de los dineros.
Y esta es la gran esperanza junto con Podemos para las próximas elecciones Españolas de España (UPyD ha pasado ya a mejor vida); ¡virgen de la vera cruz! España tiene un problema, sus ciudadanos votantes habituales no han entendido nada, y cuando alguien no entiende nada, se suele decir de él que es un idiota o un cándido en el mejor de los casos, y el problema es que muchos de estos cándidos o idiotas acabarán votando a Ciudadanos o Podemos. Para ellos el pollo, luego será ya demasiado tarde para arrepentirse. Que los dioses les perdonen, yo ya les he perdonado.


coletilla: He olvidado aclarar que, de hecho, en este país, una de las condiciones para ir a votar es la de ser idiota o cándido.

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