Solo porque tu cuerpo eventualmente se marchite y muera, no significa que tu cerebro y todos los recuerdos almacenados en él tengan que hacerlo. Al menos esa es la propuesta de la empresa Nectome, que afirma que puede preservar perfectamente los cerebros de sus clientes para su uso en el futuro, cuando la tecnología permita que toda la información almacenada en ellos sea transferida a una computadora.
Nectome afirma que algún día podremos examinar el conectoma del cerebro (las conexiones neuronales dentro del cerebro) tan profundamente como para reconstruir los recuerdos de una persona, mucho después de que hayan muerto. Ese día todavía está muy lejos, pero Nectome está ofreciendo preservar el cerebro de las personas de tal manera que cuando la tecnología antes mencionada esté disponible, puedan estar entre los primeros en reanudar sus vidas como programas de computadora, o incluso como algo más.  
Si bien la idea de volver a la vida, aunque sea como algo inmaterial como un software, puede ser atractiva para mucha gente, el servicio ofrecido por Nectome conlleva un pequeño problema. Como el cofundador de la compañía, Robert McIntyrehe, admite abiertamente, el servicio es “100 por ciento fatal” para los clientes, lo que significa que para preservar el conectoma, el cerebro debe ser bombeado con un cóctel de sustancias químicas de embalsamamiento cuando aún esté fresco. Básicamente es una forma de suicidio asistido, con el presunto beneficio de poder retornar a la vida algún día.
Hasta ahora, Nectome ha logrado utilizar su controvertida técnica de embalsamamiento en el cerebro de un cerdo, y lo ha preservado “tan bien que cada sinapsis puede verse con un microscopio electrónico”. Y aunque no hay pruebas reales de que esto sea suficiente para realmente preservar los recuerdos y otra información en el cerebro, hay gente entusiasmada con la idea. Tan emocionados, de hecho, que muchos están dispuestos a desembolsar USD 10.000 solo para aparecer en una lista de espera. El servicio aún no está disponible, y debido a su controversia y posibles problemas legales, puede que no lo sea por varios años, pero Nectome está utilizando esta lista de espera para probar su atractivo.
La realidad es que hay tanto que todavía no sabemos sobre cómo funciona el cerebro y cómo se forman y almacenan los recuerdos, que es imposible saber si el servicio de Nectome realmente va a funcionar. Pero con lemas pegadizos como “¿Y si te dijéramos que podemos almacenar tu mente?” Definitivamente van a tener a varios interesados, aunque conmigo que no cuenten.