LO SUYO ES PURO TEATRO



Si Dios no pone remedio y acaba con el planeta antes de esta medianoche, mañana será 11 de septiembre. Se celebra la Diada Nacional de Catalunya, conocida como “día de la Diada” por los que nunca se han parado a pensar qué significa la palabra diada. Esta vez, más que “recordar la pérdida de las libertades y reivindicar la resistencia frente a la opresión”, será un catch-as-catch-can caníbal entre los dos bandos mayoritarios del independentismo.

Un combate digno de ver, pero para los espíritus sensibles quizá hubiera sido oportuno conmemorar el 25.º aniversario de la inauguración del Teatre Nacional, que tuvo lugar tal día como mañana pero de 1997. Levantaron el telón con L’auca del senyor Esteve, de Rusiñol, dirigida por Adolfo Marsillach. Mañana habría sido el día ideal para reestrenarla con una versión acorde con los tiempos actuales. El principio de la historia (la infancia, el aprendizaje y la boda de Estevet en el marco del engrandecimiento del negocio familiar) corresponde de forma clara a los años posteriores a 1975: Esteve, tendero modélico, representa el pujolismo y el peix al cove. Las ilusiones de Ramonet, el hijo que dice que no quiere heredar la tienda de su padre porque anhela ser escultor, representan el aumento reciente del independentismo. El enfrentamiento entre el señor Esteve y Ramonet es la lucha entre los que siempre se aferran al “ya está bien como están las cosas” y los que creen que una simple mercería no les permitirá el salto cualitativo que sueñan.

Todo eso tiene que ajustarse, evidentemente; para ese cometido el arte de Talía dispone de grandes adaptadores. Pero las líneas básicas son estas. No podrá faltar, claro, el magno final, cuando después de que hijo y padre se hayan medio reconciliado y este le permita ser escultor, tras el entierro del padre, Ramonet se detiene ante una estatua y promete con grandilocuencia: “Esculpiré porque él paga el mármol”. 

Publicar un comentario

0 Comentarios