¡CARGUÉMONOS LA NAVIDAD!

💬 No se sabrá del todo cierto hasta el mismo día, y aún, depende del DOGC y su fe de erratas, pero parece que el dúo Budó/Aragonés, de momento, en principio y vete tú a saber, dejará circular libremente por el país al personal por las fiestas de Navidad, pero no reunirse la familia para celebrar la comida del 25 de diciembre, aunque me temo que poco caso les harán las familias, que tienen en la mayoría de los casos menos entendimiento que este par de chapuceros en funciones de disfunciones.

Si nos portamos bien y hacemos bondad que no bondage, esta Navidad estaremos todos encerrados cada uno en su casa con la 'consiguiente', para que la abuela no sufra y no coja el coronavirus. A mí me da igual la Navidad, de hecho pertenezco al numeroso club de los que ya querrían estar al 7 de enero sólo empezar las azucaradas fiestas con sus musiquitas ramplonas.

Pero ahora todos están preocupados por la Navidad, eso sí. ¡Hay que salvar la Navidad! Esta manía que tenemos los humanos del primer mundo de intentar salvarlo todo desde la comodidad del sofá de casa. Y es que estamos fatal, el mundo entero está enfermo, se va todo a tomar pal saco y nosotros intentando salvar aquello de lo que abominamos el resto del año, con aquellas horrorosas sobremesas con cuñado incorporado, y el exceso de comer y beber, y los versos de los niños, y el sorteo de los Niños de San Ildefonso Falcones, y San Esteban, y fin de año, y las campanadas y las uvas.

Si no se puede celebrar la Navidad, no se celebra y punto, que diría el filósofo Josép Lluis Núñez. Pero en nuestro país esto no nos lo podemos permitir, y nos engañamos montando actos distópicos como el Sant Jordi de verano o la fiesta mayor de la Mercé, que si no llega a ser por los fuegos artificiales de TV3 (la de la Rahola) ni nos enteramos de que existe. ¿Por qué no ponemos lo que hay que poner y suspendemos definitivamente la Navidad? ¡Pero ya! Antes de gastarnos euritos en decoraciones e iluminaciones ridículas que mucho dinero cuestan y poco disfrutamos.

La Navidad se hace para los niños y estos se han portado demasiado bien como para que ahora los confundamos aún más con celebraciones extrañas: 

¿Habrá que pedir hora para ver la cabalgata estática de los Reyes Magos?

 ¿Estos llevarán mascarilla? ¿Se pondrán hidrogel antes de envolver los regalos? 

¿Se harán el test de antígenos en la Farmacia antes de subir a casa? 

No habrá Papá Noel en el Corte Inglés ni nada que se le parezca, y ¿a donde se deberán enviar las cartas para los reyes magos de Oriente ?.

¿Carguémonos la Navidad de una puñetera vez! Que el 2020 sea la última Navidad de nuestra vida y que después de esta pandemia ya no se celebre nunca más, que cada día sea una fiesta, no por Navidad con la obligación de ser un Frank Capra forzado. Hay que vivir el presente y celebrar el día a día de haber sobrevivido a la pandemia, abrazamos, tocarnos magrearnos, y digamos la verdad a los niños sobre los reyes de Oriente que llevan cosas a la gente, que siendo esta la noche más bonita, sobre todo para padres y abuelos, está basada en una mentira, o como decía el padre de Mafalda la noche de reyes: me siento un terrorista de la felicidad. ¡Felices Fiestas!, ¡o no!


3 comentarios:

  1. Siempre que llega la navidad, retomo la vieja expresión del señor Scrooge: ¿Navidad? ¡Bah! ¡Paparruchas!
    Pues eso.
    Un saludo.

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  2. Pero que nos dejen el Año Nuevo. La Navidad y su consumo es un negocio como otro cualquiera, para eso están, para que consumamos y que la gente que vive de ese consumo pueda pagarse sus cosas.
    Un saludo.

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  3. De eso va el negocio de las Navidades. Ya es Navidad en el CORTE INGLES, dice la gente con sorna.

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