En algunos de los vagones de los Ferrocarriles de la Generalitat, se puede leer: (tren del silenci), entre paréntesis y con minúsculas. Forma parte de la campaña de la ATM para reducir la carga viral en el interior de los vagones, ya que dicen es difícil ventilarlos. En boca cerrada, no salen virus, ni se transmiten a través de aerosoles, ese es el motivo.
En el transporte público se hace callar a los que de todos modos tampoco iban a decir nada, así que la megafonía pidiendo silencio a personas que total no la oyen porque llevan los auriculares puestos, abducidos por su teléfono móvil e incluso hay alguno abstraído leyendo una novela, de que sirve.
Esta prevención con la que actúa el Gobierno hace que paguemos su incompetencia con nuestros derechos y libertades. En lugar de reforzar servicios sanitarios, educativos y de transporte, complican su uso y su desarrollo. En lugar de ocuparse del funcionamiento correcto y seguro de los espacios públicos, restringen la libertad de cada individuo para moverse en ellos. Es más: nos regañan y transmiten el mensaje de que esta libertad pone en peligro a los demás, cuando el auténtico peligro está en no preservarla. En apariencia, no cuesta tanto callar, dejar de reír y cantar si hay gente cerca. De acuerdo, però, como les diremos a nuestros hijos o nietos que no pueden hablar, cantar ni reír hasta llegar a casa. Un tren en silencio, es el tren de la muerte de la libertad.
Casi nadie habla en el metro. Pero la masificación en horas punta sigue estando ahí.
ResponderEliminarUn saludo.
Si, aunque no se hable, siguen apretados unos contra otros en horas punta.
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