"La luz, el sonido, etc. sólo existen en nuestra mente, fuera de ella no hay luz ni sonido. Fuera hay energía electromagnética, movimiento de partículas y átomos". A continuación, nuestro cerebro, en lugar de captar estas energías o partículas directamente, "recibe el impacto de ellas y gracias a su trabajo neuronal convierte este impacto en ilusiones de luz, color, sonido, etc". 
Si vamos a un concierto donde una orquesta sinfónica está interpretando una melodía y pensamos que la sala está llena de música, no es verdad. "No hay música en la sala, sólo está en nuestra mente".  "Por ejemplo, el tacto es una ilusión muy práctica. Lo notamos en la mano y nos permite alargarla para coger objetos". Sin embargo, es el cerebro el que siente, y eso se sabe, por ejemplo, por los casos de las personas que han perdido la mano pero siguen notando el tacto. "Por eso las ilusiones del cerebro son prácticas, funcionan y nos permiten sobrevivir, conseguir propósitos". Apoyando su idea de que el mundo es una ilusión creada por el cerebro, el científico español Ignacio Morgado explica que lo que hace el cerebro es crear unas ilusiones "prácticas", que nos permiten sobrevivir. Una reflexión para reflexionar en ella valga la redundancia, en la línea de lo que comentaba el otro día de la realidad no realidad.