Había perdido su enlace, al ser de wordpress desaparece a menudo, hoy Júlia en un comentario me ha dejado el enlace del blog de Gabriel Jaraba, un tipo que me encanta, porque es periodista de verdad y se nota en cómo le da la vuelta a la tortilla en el caso que nos ocupa, con una deliciosa finezza analiza el fenómeno de los Pokémon go y su afectación en nuestra sociedad digital ....

En defensa de Pokémon Go: no son zombies y usted no ha entendido nada. - Gabriel Jaraba.

No sé si debemos agradecer a Pokemon Go que haya vuelto una determinada versión de la polémica entre apocalípticos e integrados. Vistos algunos insospechdos repliegues de la obra de Umberto Eco, especialmente en el campo divulgativo, especulativo y de la ficción literaria, no sé si hoy un servidor sostendría tan vigorosamente como cincuenta años antes lo que parecían ser sus posiciones de entonces. Los tecnoescépticos de hoy, como Evgeni Morozov o Byung-Chul Han, han llevado la cuestión mucho más allá, en el marco de una crítica general a las destilaciones tecnoculturales del neoliberalismo que –ahora sí– tocan el núcleo de la cuestión. Lo que permanece, asombrosamente después de todo este tiempo, es la incapacidad de comprender el alcance de hechos propios de lo que podemos seguir considerando cultura pop, una incapacidad que demuestra no un elitismo cultural sino una superficialidad manifiesta que se suele atribuir, en cambio, a los amantes de los tebeos, los videojuegos, la música poprock y el entretenimiento digital.


A partir de la recepción de Pokemon Go, veamos algunos errores de perspectiva propìos de la visión elitista que se considera la única con derecho a nobleza  y al mismo tiempo de la visión trivial que ni siquiera se reconoce como tal.

ANDAN COMO ZOMBIES. “Van por ahí, como zombies, absortos en el móvil”. No están alelados, están atentos; no están aisladamente absortos, están concentrados en una actividad dinámica. Pokemon Go es nada más pero nada menos que una gymkama, un juego que se basa en recorrer la ciudad pasando determinadas pruebas durante el transcurso y superando situaciones imprevistas. El hecho de que esta gymkama tenga que ser seguida mediante el móvil obliga a mantener la atención en su pantalla, pero al tener que avanzar en el recorrido del juego, es necesario también desplegar una atención dinámica y periférica al mismo tiempo. De este modo, esta práctica lúdica es un estupendo entrenamiento de las facultades de la atención y la concentración, ejercidas dinámicamente y en entornos imprevistos, lo que obliga a desarrollar la atención adaptativa. Ya se ha visto la incongruencia de censurar a Pokemon Go porque sacaba a los jóvenes a las calles, cuando antes se les criticaba que permaneciesen sentados en casa jugando a videojuegos; ahora vemos cómo se pasa por alto una práctica que se contrapone a y puede subsanar la preocupante tendencia a ese déficit de atención de los niños y adolescentes, precisamente porque fomenta esa facultad. ¿En qué quedamos?

SUFREN Y PROVOCAN ACCIDENTES. “No miran por donde andan, tienen accidentes y los provocan”. No miren ustedes hacia los pokemoneros para encontrar gentes que sufren y provocan accidentes al usar el móvil sino hacia los automovilistas adultos, en general y en toda España. Un 38 por ciento de los conductores usa indebidamente el móvil mientras conduce. El abuso del alcohol junto con la distracción por conducir usando el móvil están a la cabeza de los accidentes de circulación que se producen en nuestro país. Los tropezones o despistes de los que hemos tenido noticia son los gajes propios de quien se inicia en una práctica nueva, como caerse de la bicicleta cuando se aprende a pedalear, y enseguida se corrigen. La mala costumbre de usar el móvil en el coche por parte de los grandullones es, en cambio,un vicio tan arraigado que se precisa de un curso para recuperar puntos del carnet de conducir para empezar a ser consciente de ello.

PODRÍAN DEDICARSE A ALGO PROVECHOSO. Ya lo hacen: juegan a un juego creativo. “Niño, ya que sales al Pokemon podrías ir a echar unos cuantos currículums”. “Y tú podrías hace lo mismo cuando te vas a tomar cañas por ahí”, podría responder el joven. Los “ni-ni” fueron inventados hace mucho y no por la subcultura juvenil sino por un sistema incapaz de  suministrar empleo decente a una amplia mayoría de la población y una educación comprensible por los adolescentes hijos de trabajadores. El ocio es un espacio tan formativo como el negocio, y toda actividad educativa debe tener presente una dimensión lúdica, puesto que el juego aporta elementos de crecimiento personal que ninguna otra actividad humana puede proporcionar.

SON ABSORBIDOS POR EL TOTALITARISMO DIGITAL. La crítica más sólida al presente momento de desarollo de internet es la que lo considera el brazo de intervención del neoliberalismo para imponer no solamente su hegemonía cultural sino conseguir que un sistema de control totalizador sea autoimpuesto a través del fomento del narcisismo y de una concepción deformada de las relaciones sociales. Aparentemente parece una buena idea pero en el fondo responde a la misma lógica que la crítica de la Unión Soviética al rock. En el fondo de muchas críticas al neoliberalismo se pueden hallar algunas reticencias al propio liberalismo democrático y las sociedades abiertas, y en el escepticismo de Evgeni Morozov hallo a veces cierta falta de digamos práctica de vivir en una sociedad democrática. Hay algo de melancólico en las distopías que parece más el lamento de unas capas burguesas ilustradas que pierden poder que la visión de fuerzas renovadoras ascendentes, empezando por Huxley y acabando por Orwell. La tradición progresista, tanto en versión revolucionaria como reformista, es, en cambio, amiga del desarrollo tecnológico y de la alianza entre el intelecto, la tecnología y la fuerza de cambio social. Estoy convencido de que se ha aceptado el pensamiento orwelliano de manera demasiado acrítica; para empezar, su visión de la retaguardia republicana española durante la guerra fue, por decirlo caritativamente, equivocada. La visión de Eco al plantear la polémica apocalípticos-integrados fue poner de manifiesto la existencia de excesivas subjetividades en posiciones que se reclaman objetivas.

ES UN ENTRENAMIENTO PARA LA DOMESTICACIÓN SOCIAL. ¿Y qué no lo es? Toda sociedad pretende prevalecer y perpetuarse. La cuestión reside en el grado de autonomía que ostenten los indivíduos y la complejidad de las instituciones sociales en cuanto favorecedora de la misma. A estas alturas, la implantación global del superespectáculo futbolístico debería hacer dudar antes de atribuir funciones de control a los nuevos fenómenos de la cultura digital. Hace pocos años muchos sectores se lamentaban de la supuestamente perniciosa influencia de la televisión en los jóvenes; ahora mismo, los observatorios especializados indican una constante caída de audiencias juveniles y adolescentes. Son ahora “las pantallas” las que preocupan a quienes ven en la cultura pop un elemento de domesticación social, y por tanto cabe preguntarse cuándo y por qué serán reemplazadas como objeto de tal preocupación.


Puesto que la literatura nos habla más de las realidades humanas que las ciencias sociales, podemos ver que la acusación a los fenómenos de cultura popular como elementos disruptores de la convivencia social y la estructura de la personalidad viene de muy lejos. De hace quinientos años, si atendemos a el Quijote. Según la narración, Alonso Quijano enloqueció porque los libros de caballerías –el entretenimiento cultural pop de la época– hicieron que “se le derritiesen los sesos”, fuera esto lo que demonios pudiera significar. Durante cinco siglos se ha admitido que el “derretirse los sesos” de don Quijote era un mal a considerar seriamente, tan seriamente como hoy usamos otro término tan científico como ese: “zombies”. Por favor, señores.