EL CARNET DE BUEN CATALÁN



Cuánta razón tenía Doña Inés cuando decía que los del proceso viven en Matrix, aunque su principal dirigente resida temporalmente en la bella localidad de Waterloo, sede del Consejo de la República de Schrodinger. Ahora, Carles Puigdemont nos ofrece un Carnet de buen catalán, el Carnet de Identidad Digital Republicana. Incluso hace campaña en Twitter: La República en tus manos. Pide la tarjeta ya en la web del Consell. La campaña no es muy original. Bancos, supermercados, librerías o clubes deportivos las han promocionado, no hay negocio que no haya lanzado su tarjeta de fidelización de clientes jugando con la misma imagen y similar eslogan.

De qué sirve la #IDRepublicana? En el mundo real, más bien para poco. Una ayuda a las arcas del Consejo para la República Catalana, la tarjeta física cuesta 12 euros y 6 la virtual (más apropiada). Con 9.300 y pico socios que tiene el Consejo, se va la cosa entre 80 y 100 mil euritos de nada que siempre van bien. Pero, más que nada, este nuevo acto malabar es una oportunidad para mantener viva la causa 'procesista': Vamos desconectando del Estado - dicen -, pero sin prisa, ya se nos ha pasado la prisa y ahora sólo queremos hacer ruido.

No estamos ante un carnet del RACC, del Barça o de Mercadona, por eso no se debe tomar en coña, sino que debe entenderse como la culminación de la filosofía de un tipo de independentismo, aquel que ha permitido borrar mentalmente del conflicto Catalunya-España la mitad del país: el buen catalán, el único que ama su tierra, el que no podría expresarse en otra lengua que no fuera la sacrosanta suya. Este buen catalán, ya tiene una acreditación distintiva, inútil, pero que para él no lo es, al contrario, hace ya tiempo que ha desconectado de la realidad en ingerir la pastilla azul.

Esta tarjeta no está hecha para llevar en la cartera, hay que llevarla en el corazón, a fin de distinguirse entre la masa de conciudadanos que van tirando, desgobernados y recelosos ante la ocurrencia de inventar un Estado paralelo y privado, sin control de datos, que aspira a catalogar el tipo de ciudadano que eres. Esta tarjeta no deja de ser una ocurrencia de quien malvive en Waterloo intentando sobrevivir antes de ser borrado de la historia. Esta tarjeta es el acabose, el desiderátum, la nada infinita. 

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2 Comentarios

  1. Este tío es un cachondo. No para. Se ve que la distancia le da ideas. Pronto regalará cupones o puntos canjeables en comercios afines a la causa.
    Saludos.

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  2. Y encima el logo lo han copiado de un supermercado de Lleida.

    https://www.lavanguardia.com/politica/20210409/6639060/consell-republica-uso-sin-permiso-logo-supermercado-dni-republicano.html


    Salut

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