Las cifras están manipuladas, el mensaje es falso, tan infame como el partido que lo firma: “Un mena 4.700 euros al mes. Tu abuela 426 euros de pensión al mes. Protege Madrid. Vota seguro, Vox”. El enorme cartel apareció en una estación de Madrid. A un lado, una anciana cabizbaja elegantemente vestida, demasiado quizás para una pensión de 426 euros. Al otro, un joven de mirada huidiza y rostro semioculto. La Fiscalía ha abierto una investigación para determinar si el cartel constituye un delito de odio. El ministro José Luis Ábalos ha encontrado las palabras exactas para definirlo: “Son menores, da igual de donde vengan. Si en vez de poner menas, ponemos judíos, ¿lo entendemos más? Porque así fue el fascismo”. Sí, así fue. Y la propaganda nazi, una máquina de generar odio. Y algo peor, porque más mayoritaria que el odio, lo fue la indiferencia de los ciudadanos. La que calló ante la persecución.
Vox ya está sentado en nuestras instituciones, y lo està porqué hay mucha gente que les ha votado, buena gente me dirán, si, buena gente, la gente que votaba a los nazis eran también buena gente. La buena gente, gente de buena fe. Cuanto daño ha hecho la buena gente, la gente de buena fe. Los fanáticos también son gente de buena fe, gente que posee una irrefrenable propensión a tomar partidos extremos cuando se les ofrece la menor oportunidad, cuando se les dice aquello que quieren escuchar.
Por muy extremos que sean los mensajes de VOX, por muy inconcebibles que parezcan, ninguno puede quedar sin respuesta. Y sin la justa indignación, es la mejor manera de combatir sus mentiras. Y al contrario de cuando se sentó en el Parlamento a Herri Batasuna, que fué un hecho positivo a medio plazo, aquí parece que todo apunta al revés, que VOX se va a radicalizar aún más. Por eso hay que combatir todas sus falacias, todas sus falsedades, una tras otra, és la mejor manera de combatirles, y no con cordones sanitarios que no sirven para nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario