Maria Teresa Bonet, de 73 años, es una vecina del barrio de Horta de Barcelona que ha recibido una multa surrealista: un radar de tramo de la Ronda de Dalt dice que el vehículo de Bonet, un Audi Q2, circulaba a 298 km/h, de media, por un tramo en el que el límite es de 60 km/h. La mujer ha recorrido y ha argumentado que es imposible que su turismo llegue a los 298 km/h, una velocidad próxima a la máxima del AVE, que es de 310 km/h. Aún así, el Ayuntamiento de Barcelona no ha aceptado su recurso y Bonet, angustiada, ha recurrido a la emisora RAC1 para dar a conocer su caso.
Bonet se desplaza diariamente desde su domicilio en Barcelona a la farmacia que regenta en Sabadell. Lo hizo también el martes 28 de abril de 2020. «Todo el mundo estaba confinado pero yo soy una farmacéutica comprometida y convencida de mi trabajo», explicó en el programa 'El món a RAC1', donde ha explicado que no le gusta correr cuando conduce y que incluso su entorno se burla de ella por ir demasiado despacio. «Hasta hace cuatro días no podía hablar del tema sin ponerme a llorar. Me parece tan increíble", ha señalado. Tras recibir la multa, vio claro que era un error y presentó un recurso. Adjuntó la ficha técnica del Audi Q2, que indica que el vehículo no puede superar los 218 km/h. El Ayuntamiento de Barcelona ha rechazado el recurso con el argumento de que el radar «está homologado» y que «hay constancia fotográfica del vehículo identificado».
Para el hijo de María Teresa, Manuel Fernández, que se ha encargado de todo el papeleo burocrático, nadie ha mirado el recurso. «Es una respuesta genérica, no puede ser. Debería haber una persona que viera que esta velocidad es imposible». Y denuncia los problemas que tiene para contactar con alguien del departamento de multas: «Cada vez que intento hablar con alguien es imposible. Me dicen que presente un recurso». De momento, la familia ha tenido que pagar 600 euros y aceptar la retirada de 6 puntos del carné porque han agotado la vía administrativa. No quieren rendirse y aseguran que llevarán el caso a juicio.
Es lo que tiene cuando chocas con la burrocracia administrativa, de entrada eres culpable y tienes que demostrar tu inocencia, y en el caso de María Teresa, la burrocracia ha actuado con una indolencia digna de encomio, dice la burrocracia que el radar está homologado, y que hay constancia fotográfica del vehículo identificado, lástima que no se pueda identificar al brillante funcionario del Ayuntamiento que ha llegado a esta deducción, apunta maneras, hasta el punto de que ahora que Elsa Artadi ha renunciado a su cargo de vicepresidenta de la Generalitat republicana, para pasar a ser la jefa de la oposición, este probo funcionario reúne las condiciones idóneas para aspirar a ocupar este cargo. Méritos más que suficientes ha hecho, su ineficacia es patente y más que suficiente.
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