El nombre técnico del último experimento de bares y restaurantes, y es raro no esté en inglés, es: "precios dinámicos". Se trata de no cobrar lo mismo por un plato o una bebida si lo pides tal día o tal otro, o si lo pides a tal hora o tal otra. Según la agencia Efe, aunque es una tendencia incipiente, pero la cadena de tabernas Arzabal de Madrid, la primera en aplicarla, logró el año pasado un incremento de beneficios del 30%. El Economista lo resume así: "Al igual que reservar la habitación de un hotel es más caro en fin de semana y sacar un billete de avión no cuesta lo mismo en agosto que en octubre, bares y restaurantes empiezan a apostar por cambiar los precios en función de la demanda. ¿Pagar más por un café un sábado que un lunes? ¿Aceptar que el mismo plato tiene un coste superior a la hora de la cena que a la de comer? ¿Y ofrecer descuentos a quien sólo ocupa la mesa media hora porque tiene que volver a la oficina, a diferencia de la familia que tardará dos horas en terminar de comer?".
Lo primero que me ha venido a la cabeza es aquel bar que hace años había en la calle Tuset de Barcelona y que se llamaba La Bolsa. Aunque está, pero cerrado de manera definitiva, si no me equivoco. En La Bolsa el precio de las copas variaba en función de la demanda. Si mucha gente pedía gintònics de Tanqueray, el precio del gin tonic de Tanqueray subía. Si nadie pedía, el precio bajaba. Había que estar al acecho de lo que indicaban los paneles que había tras la barra, con las cotizaciones de cervezas, enebros, vodkas, whiskies y rones, que variaban minuto a minuto. Sobre cada panel, el lema del bar: "Donde el valor eres tú". lo explica Monzó en la vanguardia.
Hace años había en Barcelona, el Bar a Lo Loco, donde te cobraban lo que les apetecía y a ojo, tú pedías un whisky y te servían un café, pero te lo cobraban como si fuera un whisky, o a la inversa. Creo que era por la zona de la Barceloneta, pero no estoy seguro ni lo he sabido encontrar en Google. Esto de los "precios dinámicos" de ahora tiene bastante que ver con la pandemia. Nunca antes se habían implementado tanto los códigos QR para acceder a las cartas digitales. Conseguido esto, ya todo es cosa de los algoritmos y de las decisiones de los restauradores, que pueden bajar el precio de un plato si se acerca el fin de la jornada y hay demasiados stock. En las horas punta pueden subir los precios de los platos que requieren mucha preparación y rebajar sus los que piden menos trabajo, para que salgan rápido y la gente no se esté tanto tiempo en la mesa.
El titular quizás sería en vez de 'precios dinámicos', 'precios más caros para el mismo producto'. De todos modos estas cosas sólo pasan en las capitales, en Sabadell no creo que funcione la idea, al menos en mi barrio donde el café cuesta 1.10 € y es muy bueno. Y conste que en mi barrio, del país sólo hay un Bar, el Bar Urgell, el resto, de los 9 que hay, están regentados por chinos salvo uno que es de Rafi que es de Bangladesh, Por cierto, en el Bar Urgell, en la entrada tienen una mesita de aquellas de antes, de las de poner el brasero debajo, y allí hay unos cuantos libros que la gente puede ir cambiando.
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