Sorprende que alguien se sorprenda por el asunto de los papeles de Panamá, sorprende que se digan y escriban avant la lettre muchas sandeces contra los presuntos implicados en empresas offshore. Sorprende este hipócrita desgarro de vestiduras en un país donde todo el mundo a la que puede pide la factura sin iva aunque sea por una chapuza del fontanero. Yo si tuviera dinero, también lo evadiría y pagaría el mínimo de impuestos posibles y montaría la ingeniería adecuada para hacerlo, faltaría más. 
Dejémonos ya de ser más falsos que un duro sevillano, que todos y cada uno de vosotros haríais lo mismo, al fin y al cabo, quien roba a un ladrón tiene 100 años de perdón, y posiblemente si bajara el afán recaudatorio de la Estado depredador y el impuesto de sociedades fuera más razonable, tal vez habría menos chanchullos panameños, al fin y al cabo las SICAP son ya una ganga fiscal del 1,5%, o si no, Navarra o Irlanda están más cerca, preguntádselo si no a los de la manzana.
Lo que me pregunto es: ¿quién está detrás esta filtración que en plan cutre Pedro J. administran día a día el Confidencial y la Sexta en un ejercicio de rancio periodismo de nada?, que ni investiga ni sabe más que lo que alguien ha querido que se sepa. Cuando se produce un hecho como este no tienes que preguntarte a quien perjudica, sino quien saca réditos, quien se beneficia. Y ese alguien sí me preocupa, porque no acabo de entender qué réditos quiere sacar ni por qué lo ha hecho. Pero esto, me temo que no lo sabremos nunca.