Se veía venir, tenía que pasar tarde o temprano y no se puede hacer nada para evitarlo, salvo haberlo previsto y poner barreras en las entradas de las ramblas, claro que no vale decirlo ahora, en la red ya se empieza a desbarrar cuando lo más razonable sería seguir las informaciones de los medios que están transmitiendo en directo. Ya sé que ha habido un atentado, no hace falta que me lo digan por twitter gente que sabe exactamente lo mismo que yo.
Lo he comentado muchas veces, no hay nada que hacer para evitar estos atentados, ni alerta 4 ni alerta 5, ni mossos, ni guardia civil ni policía nacional. Cataluña está llena de yihadistas, como Ceuta i Melilla, y parecía que como aquí era una especie de refugio, o lugar de reunión, no les interesaba que hubiera atentados, pero ya hemos visto hoy que no, que ahora en esta guerra no guerra de Daesh contra los Estados occidentales, le ha tocado en Barcelona. Se veía venir y hoy ha pasado.
Ahora nos llenarán las Ramblas con soldados armados hasta los dientes para darnos una falsa sensación de seguridad, cuando no servirán para nada, salvo reprimirnos. No es por ser irónico pero el turismo low-cost ha tenido un atentado low-cost, así de sencillo, así de cruel, así de fácil de llevar a cabo, cuándo, dónde y cómo quieran.
Habría que recordar hace unos años la operación Caronte donde se desarticuló una célula que pretendía atentar el metro de Barcelona. Si se confirma que han alquilado dos furgonetas y hay varios individuos armados, aún es más grave, ya no se trataría de un lobo solitario sino de una célula yihadista que las fuerzas se seguridad del Estado no han sido capaces de detectar.