ES HORA DE MORIR


Philip K. Dick escribió en 1968 la novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, que fue llevada al cine por Ridley Scott catorce años más tarde con el título de Blade runner. En el filme, la compañía Tyrell Corporation fabricaba robots concebidos para ser “más humanos que los humanos”, que se parecían en todo a las personas menos en la posibilidad de desarrollar emociones. 

El domingo por la tarde volví a ver la película de Ridley Scott, la versión del director que cambia el final, más coherente que la primera versión, que vi en un cine de Madrid en su estreno. No recuerdo el nombre del cine, si que era junto a un VIP.
La película ha envejecido muy bien, podía haber sido estrenada hoy y no desentonaría, y eso que hace ya 38 años de su estreno. Blade Runner está inspirada vagamente en un cuento corto de Philip K. Dick, muy vagamente, lo que más ha quedado en la memoria de todos es el monólogo final de Roy Batty antes de expirar, por cierto que Rutger Hauer murió el año 2019, el mismo año en que está situafda la película.

"Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia.... Es hora de morir ".

Quizá no debería sorprendernos el personaje de Roy Batty, porque los replicantes han estado aquí desde siempre, en nuestro interior, camuflados bajo las vestiduras de la empatía y la compasión, esperando sacar después de una catástrofe, el hambre, una guerra, una pandèmia.
En la Crónica de gueto de Varsovia, de Emmanuel Ringelblum, hay un pasaje casi insoportable que profetiza la novela de Dick y el triunfo de los replicantes, cuando una familia judía recibe la visita de un oficial que avisa que van a quitarles sus pertenencias. La madre le suplica, llorando, y el oficial responde que no se llevarán nada si adivina cuál de sus dos ojos es artificial. «El izquierdo» dice la mujer sin dudarlo. Cuando el oficial, sorprendido, le pregunta como lo ha adivinado, ella contesta: «Porque parece humano».

Philip K. Dick, ¿SUEÑAN LOS ANDROIDES CON OEVEJAS ELÉCTRICAS? 

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