💬El proyecto Atlantropa fue una idea ambiciosa y que podríamos calificar de disparatada y que no llegó a materializarse. Pretendía construir una presa en el estrecho de Gibraltar y unir así África y Europa, entre otros fines. Nunca es necesario hacer invenciones para crear interés por la historia. Estamos habituados a que medios de comunicación, desde la prensa hasta la televisión, hagan de la historia un espectáculo lleno de especulaciones y teorías que rozan el absurdo. El proyecto «Atlantropa», conocido en su inicio como «Panropa», ideado por el arquitecto alemán Herman Sörgel constituye una de esas historias que no necesitan de invención alguna para sorprender.
El proyecto consistía en cerrar el mar Mediterráneo al océano Atlántico mediante la construcción de una central hidroeléctrica que sería la más potente y más grande del mundo. Este proyecto, digno de una novela de ficción, nos lo acerca Carlos Arteaga Cardineau, del Departamento de Geografía de la Universidad Autónoma de Madrid. Su investigación está publicada en el número 16 de la revista Al Qantir, especializada en la Historia de Tarifa (Cádiz), y se presentó en las II Jornadas de Historia de Tarifa.
Arteaga explica que Sörgel llegó a escribir cinco libros y el proyecto original entre 1929 y 1948 antes de exponer públicamente su plan. En cualquier caso, antes de esto era un reconocido arquitecto por sus aportaciones a la estética. Pero no solo se le conocía por su obra, sino que tenía ideas pacifistas y planteaba la necesidad de que las personas se renovaran a partir de la reforma de la educación en las escuelas.
Debemos recordar que las fechas en las que se enmarcó su trabajo estuvieron marcadas por una Europa beligerante, que había salido de la Gran Guerra, se había sumido en una importante crisis y en la que surgieron los movimientos fascistas y comunistas que fraccionaron la ya fragmentada Europa. Por tanto, el autor del estudio nos invita a pensar en Sörgel como un hombre que no solo buscaba dejar una obra arquitectónica grandiosa, sino contribuir a mejorar la situación económica y moral de la sociedad europea.
A pesar de tan loables ideas, Sörgel propuso que el crecimiento europeo debía sustentarse en la explotación de los recursos de África, algo que ha sido ampliamente criticado, como es de suponer. Por otra parte, lo que pretendía era la unión ferroviaria de Europa con África a través de una red de ferrocarril que llegara desde Alemania a Sudáfrica a través de un túnel en el Estrecho de Gibraltar y un puente entre Sicilia y Túnez.
El proyecto Atlantropa estaba bastante planificado y detallado, pero podría resumirse, tal y como señala Arteaga, de la siguiente forma: Construcción de la gran Presa del estrecho de Gibraltar entre Tarifa y Algeciras. La energía producida sería el equivalente a 50.000 megavatios.
El corte del paso de las aguas desde el Atlántico al Mediterráneo se haría de manera controlada: “un descenso del nivel del mar Mediterráneo en torno a -100 m (en el sector occidental) y -200 m (en el Mediterráneo Oriental), emergiendo así una superficie que estaría entre 600.000 y más de dos millones km2. La evaporación calculada por Sörgel era de unos 4.144 km3/año (equivalente a una bajada del nivel del mar de 165 cm/año). Eso obligaría a edificar nuevas ciudades «portuarias», que el propio Sörgel diseñó junto con otros arquitectos (Nueva Génova, Nueva Tánger, etc) y un complejo de esclusas que permitiera el tránsito por el mar Mediterráneo”.
Con ese retroceso de las aguas en la costa de Palestina podría constituirse el ansiado Estado de Israel del Pueblo Judío. Por otra parte, el Adriático quedaría prácticamente seco, lo que daría tierras cultivables para más de 150 millones de personas.
Se podría «regar» el desierto del Sahara con la construcción del «Segundo Nilo» aprovechando el Lago Chad y el río Congo. El lago vería incrementado su volumen creándose así un importante mar interior, que permitiría la aportación de aguas al Sahara y hacer fértiles áreas estériles del interior de África. Las aguas de este río llegarían hasta el mar Mediterráneo.
El autor especifica que el proyecto tenía multitud de detalles, pero solo con estas ideas generales nos podemos hacer una idea de las enormes magnitudes que tenía el proyecto Atlantropa. Desde luego, este proyecto tendría también unas consecuencias muy graves de carácter natural y humano, derivadas en su mayoría de la creación de la presa cerrando el flujo natural de aguas entre el Mediterráneo y el Atlántico.
Arteaga califica la pretensión de Sörgel de rozar el mesianismo. Según este investigador, lo peor para Europa hubiera sido llevar a cabo las infraestructuras propuestas en Atlantropa sobre todo por las consecuencias naturales que supondrían “un problema de connotaciones casi catastróficas para las poblaciones mediterráneas”. Es sabido que existen proyectos de unión entre Europa y África, especialmente entre los gobiernos de España y Marruecos, cuando la tecnología lo permita, por un puente o un túnel de grandes dimensiones. En cualquier caso, nos unimos al deseo de Arteaga en que sea con unas consecuencias menos desastrosas.
MIGUEL ZORITA - Fuente: Arteaga Cardineau, A. (2014). «Atlantropa: el sueño utópico de construir la “Atlántida”». Al Qantir, (16), 176-184. Disponible en: http://www.alqantir.com/16/16-17.pdf
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