Estoy escribiendo sobre un país en el que se cierran librerías los fines de semana, pero se tarda 40 horas en desalojar una rave ilegal en Llinars del Vallés. De un país en el que, en medio de un trágico descontrol en las residencias de ancianos, se quiso girar la tortilla y transmitir el mensaje que morían por culpa de Madrid. Porque hace años que juegan con el mandato de las urnas, y confunden el mismo sentido de la democracia. Porque este Gobierno en funciones llega tarde a casi todo, a pesar de jactarse en su día de que si en vez de Madrid, el control de la pandemia se llevara desde aquí, todo iría bien, como anillo al dedo.
No pueden decir a los que ya habían hecho la gestión de votar por correo que no les ha servido para nada el esfuerzo. No podemos pretender volver a la normalidad, pues, precisamente la normalidad anterior era el problema, de hecho, ellos, son el problema. Y no, no podemos votar el 14F, porqué los partidos del Gobierno saben que se debe configurar otro escenario y no encuentran la manera apropiada, un escenario que Illa les ha trastornado, esta es la cagalera que les ha cogido, esta es su debilidad. Salvador Illa ha ganado el primer asalto.
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