💬 Lo que más sorprende tras atravesar las puertas del Maxi Dia de la avenida de Europa en Alcorcón (Madrid) es que la línea de cajas de la tienda ha desaparecido. Buena parte de ese espacio lo ocupan ahora palés de leche y agua (los productos más demandados online). No hay escaparates con productos gancho, ni los habituales carteles anunciando ofertas. Y es que la tienda está cerrada al público. Aquí los únicos que hacen la compra son los empleados, equipados con una tableta y un escáner que les guían por la tienda y les ayudan a registrar con rapidez los productos con los que preparar los pedidos. “Todo está pensando y organizado para facilitar a los empleados que completen los pedidos con la máxima rapidez y atender así la demanda, que durante el confinamiento se triplicó”, explica Diego Sebastián de Erice, director de e-commerce de Dia, sobre este concepto de almacén que en la jerga del sector se conoce como dark store . Un término anglosajón que en definitiva hace referencia a la reconversión de tiendas en almacenes para satisfacer en exclusiva la demanda de pedidos online.

Dia ha sido la cadena de distribución que más ha apostado por este modelo con la puesta en marcha de 14 dark stores (tres de ellas en la provincia de Barcelona), 12 de las cuales siguen funcionando, con capacidad para satisfacer unos 400 pedidos diarios. En menor medida, otras grandes cadenas como Bonpreu, Eroski o Consum tiraron también de dark stores para responder al incremento de la demanda. También El Corte Inglés apostó por cerrar su tienda Bricor en Alcalá de Henares, un municipio a las afueras de Madrid capital, para en apenas dos semanas transformarla en una dark store con capacidad para atender 1.000 pedidos diarios, siguiendo ambos negocios la manera operativa de Amazon.

Apostar por este concepto no es fácil: cerrar una tienda al público exige tener otra lo suficientemente cerca como para no perder la clientela que acude en persona habitualmente. Por eso la versión que más triunfa en España es un híbrido entre tienda abierta al público y dark store. “En grandes ciudades como Madrid o Barcelona, los micro 'fulfillment center' (centro logístico) funcionan bien porque con unos pocos bien situados alrededor de la ciudad se pueden cubrir áreas grandes. Las 'dark stores' son una buena opción para áreas de menor densidad, como capitales de provincia, donde el volumen de pedidos es menor y no compensa hacer inversiones tecnológicas para la preparación de pedidos”, explica García Lombardero. En su opinión, “no habrá un modelo ganador”, sino que convivirán distintas opciones en función de la demanda.

La pandemia, el confinamiento pasado y el que está por venir han propiciado esta orientación del negocio, y de paso han beneficiado al supermercado de barrio y tiendas de paquistanies. En cambio con esta nueva orientación comercial se certifica la desaparición de los Grandes Centros Comerciales en las afueras de las grande urbes, que esta pandemia han dejado tocados de muerte. A servidor, que más de 30  minutos en un centro comercial enorme de estos abarrotado de gente, le ponen de los nervios, paso previo a la histeria, ya le parece bien. Larga vida al comercio de barrio y a las Dark stores, que no se porqué no se les llama 'Tiendas oscuras', siempre con la manía de ponerle un nombre en ingles a todas las novedades, y luego se quejan de que el castellano está amenazado en Cataluña; si que lo está, però por el inglés. Yes.