💬Cada vez estoy más convencido de que la ignorancia mueve al mundo y que un hombre de éxito es, básicamente, un ignorante con suerte. 

Cuando se contempla la historia desde esta perspectiva, se añoran las teorías conspìrativas, porque suponen un mundo gobernado por malvados, sí, pero por malvados muy inteligentes y, por lo tanto, el resultado sería un equilibro de poderes forzado por las grandes inteligencias conspirativas repartidas por el mundo.

Cuando leo a un analista político -cada vez de manera más ocasional- sospecho que ha reducido la complejidad de la realidad a su conveniencia, para poner de manifiesto su inteligencia analítica. El lector acaba su artículo convencido de que ese analista le ha desentrañado alguna de las claves ocultas de la realidad, pero en realidad no ha hecho más que manipularla realidad hasta convertirla en pedesta de su ego... o mejor, en pedestal de su ego común, dado que cada vez más los medios dan más realce a aquella parte de lo sucedido que despertará la empatía del lector. Cuanta más empatía lectora movilicen, más anunciantes llamarán a sus puertas.

Cuando oigo a un político... me suena todo tan repetido, tan reiterado, tan cacofónico, que siento un poco de pena por él.

Respecto a mí, ignorante convencido, dado que la ignorancia es tan reacia a la lógica, sé que me moriré sin haber comprendido nada realmente relevante de todo este gran teatro del mundo, en el que la auténtica realidad son los actores que llevan tanto tiempo con las máscaras puestas que ya han olvidado quienes son realmente bajo las máscaras. De hecho, si se las quitasen posiblemente no se reconocería. ¿Y qué somos tú y yo, sino espectadores enmascarados que se niegan a aceptar que lo son?

O quizás sí haya comprendido una cosa: que la política puede soportar sin problemas la ignorancia, pero es incapaz de digerir el cinismo. - Gregorio Luri - El café de Ocata