EL DINOSAURIO



💬Hace unos días, Antoni Puigverd publicó en La Vanguardia un análisis de la campaña electoral, y cerraba así el artículo: "Cuando Esquerra se despertó, el dinosaurio convergente todavía estaba allí". En la frase resonaba uno de los cuentos breves más famoso y más intrigante de Augusto Monterroso, El dinosaurio. Al leer este brevísimo relato de Augusto Monterroso, pueden pasar dos cosas: que uno no vea donde está el interés o que su cabeza comience a dar vueltas. Tenemos a alguien que se despierta y que, o bien antes de dormirse o bien durante el sueño, se ha topado con un dinosaurio. Al despertar, proceda de donde proceda, el animal sigue allí, prolongando la pesadilla. Además, este "todavía" de la segunda oración aporta una enorme carga amenazante del animal a toda la escena. Como si el personaje, aunque le cueste creerlo, no hubiera podido deshacerse de el. Por insólito que sea todo, podemos llegar a pensar que se trata de algo simbólica, abstracto, como estas pesadas cargas que llevamos encima y de las que no nos entregamos tan fácilmente. Incluso, por la sintaxis y las elipsis en el texto, se puede interpretar que quien despierta es el propio dinosaurio, convertido así en personaje central del relato. Pero nada de esto se encuentra implícitamente en las siete palabras del microrrelato. En el fondo quizás Monterroso tampoco sabía exactamente que pretendía decirnos, o tal vez la presencia aún del dinosaurio quería significar que todavía no habíamos evolucionado, que seguíamos en tiempos del dinosaurio, sólo que el hombre no convivió con los dinosaurios, es posterior a ellos, y a partir de aquí todo es posible.

A veces sucede que puedes escribir un aforismo y ni tú mismo sabes exactamente que querías decir. Me pasó con este: ¿Hay vida después de los poetas?, dentro del 'Marmessor de la ignorància' ace ya 20 años, y en estos momentos todavía no he sido capaz de saber que pretendía decir. Quizás, y conociendo un poco la obra de Monterroso, no se puede analizar un texto suyo desde el raciocinio, de la lógica, sino que hay que pensar como él, como lo haría un niño, un niño grande es lo que era Monterroso, como Pere Calders.

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