JUSTICIA DE PARTE



💬La Audiencia Nacional ha condenado a 122 años de cárcel a la que fuera jefa de parte de los comandos de ETA en los años 90, María Soledad Iparraguirre Guenechea, alias Anboto, por ordenar y suministrar los explosivos para el asesinato del comandante del Ejército de Tierra Luciano Cortizo, cometido el 22 de diciembre de 1995 en León. Bajo el mando de Iparraguirre, la banda colocó una bomba lapa en el asiento de su vehículo, en el que también viajaba su hija, que sufrió graves heridas. Se trata del primer juicio al que se enfrenta en España tras ser entregada por Francia, donde ha cumplido varias condenas.

Esta noticia es una de estas cosas que uno no entiende; por matar, por asesinar a una persona civil, le caen a otro u otra civil entre 10 y 15 años de dondena, y hablo de matar, no de incitar a matar en que la condena se supone deberia ser menor. Entonces ¿porquè por incitar a asesinar un Militar?, le pueden caer a alguien 122 años de cárcel. Esto no es justicia, es venganza, la venganza de un Estado que como dice su vicepresidente poco tiene de democrático. No pretendo justificar lo injustificable, pero la justicia deberia ser y no lo es en España, justa, pero lamentablemente es de parte, y de una parte más dictatorial que democrática.

Lo que llama la atención de esta noticia es la historia del Comandante Cortizo: Luciano Cortizo Alonso, de 44 años, estaba casado y era padre de dos hijos. Era natural de Rúa en Orense y pertenecía desde hacía varios años al cuartel general del Mando de Artillería de Campaña de León, con base en El Ferral del Bernesga. Llevaba más de 20 años en el Ejército, era especialista en psicotecnia militar y en sistemas de dirección de tiro y localización de objetivos. El 22 de diciembre de 1995, a las 13:25 horas, estalló una bomba lapa colocada por ETA en los bajos de su coche, en el semáforo situado entre la confluencia de las calles Renueva y Abadía. Luciano murió en el acto. Su hija Beatriz fue gravemente herida en el abdomen, las piernas y los brazos. Tres personas resultaron heridas leves. Por lo tanto, Cortizo era un militar de la etapa postfranquista, para que nos entendamos, y de perfil eminentemente técnico, no era un Melitón Manzanas, que cumplía con los requisitos de ETA para asesinar a militares represores durante y después del franquismo. Y es éste un detalle importante, pués demuestra que ya en 1995, la banda terrorista había perdido el sentido inicial de asesinar a militares involucrados en el franquismo, para asesinar sin reparos a cualquiera, civil o militar, producto de una derivada errónea que los acabaría llevando a su disolución. Esto no quita que la condena de 122 años a Anboto, (me gustaría saber la opinión de algún jurista imparcial), sea desproporcionada.

He intentado hacer la reflexión desde el desapasionamiento y la frialdad puramente puntual de los hechos, sin ser arte ni parte, que creo es lo que debería ser y lo que le ha faltado a la Audiencia nacional al dictar esta sentencia.

2 comentarios:

  1. No entiendo de vericuetos judiciales, pero sinceramente me importa bien poco que le caiga a esta mujer la del pulpo. No es algo que me quite el sueño. Si me importaría si esa justicia se cebara contra una persona inocente.
    Un saludo.

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  2. De acuerdo, pero precisamente por eso entiendo que la condena es desmesurada, si se va a pudrir igualmente en la cárcel, pero resulta que es esta justicia la que mete en la cárcel a los chicos de Alsasua que no son inocentes per tampoco tan culpables.

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