...Y TODOS TAN CONTENTOS

💬El 40º aniversario del intento de golpe del 23-F se conmemoró este martes en el Congreso en un acto breve, con la asistencia de representantes de todos los poderes del Estado pero con solo dos discursos. El gran ausente fue el mayor protagonista del 23-F, el rey Juan Carlos, que abandonó España hace siete meses para instalarse en Abu Dhabi. En su discurso, el rey Felipe VI recordó el papel desempeñado hace 40 años por su padre, de quien dijo que «asumió como jefe del Estado su responsabilidad y su compromiso con la Constitución» y que «su firmeza y autoridad fueron determinantes para el triunfo de la democracia». Felipe VI aprovechó para señalar que su compromiso con la Constitución es «más firme y fuerte que nunca» y para reafirmar a la Corona como una institución que integre y cohesione.

Mientras los partidos que han gestionado el sistema político que tuvo su origen en la Transición, PSOE y PP, no estén dispuestos a reformar la ley de secretos oficiales de 1968 y permitir que se tenga acceso a toda la documentación relativa al 23F, celebrar actos como el que ha tenido lugar este pasado martes resulta contraproducente. La monarquía española tiene un problema de credibilidad inocultable. El origen del problema está en la ejecutoria de don Juan Carlos durante su reinado. La credibilidad de la institución no ha sido asaltada desde fuera, sino que ha sido torpedeada desde dentro. Ha sido la propia Casa Real, con Felipe VI al frente de la misma, la que emitió un comunicado el día en que entró en vigor el primer decreto de estado de alarma, en el que levantó sospechas sobre la conducta de su padre. Nadie en España ha puesto en cuestión la honorabilidad de don Juan Carlos con la intensidad con que lo ha hecho su hijo. El comunicado de la Casa Real sobre las operaciones financieras del rey emérito es el equivalente del anuncio de la puesta en venta de Génova 13 por parte de Pablo Casado. Es la confesión de una trayectoria marcada por la corrupción.

En este contexto, no deja de ser curioso que el Rey Felipe hable por primera vez de su señor padre, y hable bien de él y no lo haya hecho antes cuanto le tocaba hacerlo. De todos modos la guinda a la noticia de la celebración del martes, la puso el Gran Wyoming en su comentario: Aquella noche del 23F, todos estaban contentos y agradecidos a la gestión del rey Juan Carlos I, incluso la Reina Sofia que al menos sabia por una noche en que cama habia dormido su marido. Y todos tan contentos, sólo faltaba Ortega Cano cantando aquello de: Estamos tan a gustito.

1 comentario: