NO SALDREMOS TODOS



💬Hace un año, los medios hablaban de las zonas afectadas por coronavirus en Italia. Una foto mostraba sanitarios vestidos con mono blanco atendiendo a un enfermo, otro titular mencionaba la complicada situación en el pueblo de Codogno, donde se enviaron a periodistas para informar en directo. Parecía un caso aislado, una anécdota puntual producto de una cena multitudinaria que no debía pasar de allí, pero la realidad es que el virus ya llamaba a nuestras puertas y, aún así, lo veíamos muy lejano, o ni tan solo lo esperábamos, según nos decían los expertos epidemiólogos, que recomendaban reposos y un paracetamol, que esto del coronavirus -que todavía no tenía nombre oficial-, era como una gripe suave que se pasaba como si nada.
Leía hoy, un año más tarde, que en Estados Unidos han llegado ya a los 500.000 muertos a causa de la pandemia, eso son más o menos 2.000 aviones estrellados y ya no se le da importancia, como no se le da importancia a que mueran cada día 40 o 50 personas diarias en Cataluña, y los entendidos nos avisen de que se nos acerca un mes de marzo muy complicado.

Esta pandemia ha hecho aflorar todas las deficiencias de nuestra teórica sociedad del bienestar y también las desigualdades, así como la incapacidad de nuestros políticos para gestionar la pandemia. Pero del mismo modo que aún nos parece increíble lo que nos ha pasado, también hay que tener en cuenta el hecho de haber conseguido varias vacunas en menos de un año o, incluso, que la Unión Europea haya recordado sus principios, aunque la gestión haya también dejado mucho que desear.

De esta pandemia no saldremos todos, ni vamos a salir mejor que antes, y muchos lamentablemente ya no saldrán, pero en nuestra memoria quedará la capacidad que tenemos los humanos de superar todas las dificultades, por impensables que sean.

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