LA BIBLIOTECA NACIONAL Y LOS MEMES


Internet ha desbordado la producción cultural, intelectual y social. Pero, ¿qué hacemos con todo esto que producimos? Ni siquiera nos hacia el móvil las fotos que hacemos, como vamos a guardar este meme gracioso que hemos visto en Facebook, por mucha gracia que nos haga?
Las herramientas para crear contenido también se multiplican y podemos hasta hacer un largometraje exclusivamente con un teléfono móvil. Bien, pero ¿alguien se preocupa por preservar todos estos contenidos para que no terminen en una papelera de reciclaje cuando hay que hacer sitio para las fotos de verano? Hay personas que sí. Una de ellas es Mar Pérez Morillo.

Comenzó a trabajar en la web de la Biblioteca Nacional y llevar las redes sociales de la institución. En 2009 recibió el encargo de comenzar a "preservar el patrimonio documental" de Internet en España. "Poco a poco la tarea fue creciendo y desde hace 3 años me ocupo sólo de eso", informan en el diario.es

meme sobre Firs't dates y el yihadista andalúz
Copiar Internet no parece cosa fácil. "La Biblioteca no tenía recursos ni experiencia para recolectar la web española, así que ingresamos en el Consorcio Internacional para la Preservación de Internet (IIPC) y contratamos con Internet Archive, la organización pionera en el mundo en archivado web, las primeras recolecciones masivas del dominio.es ".
Desde 2014, y gracias a un convenio con red.es, la BNE cuenta con recursos propios con infraestructura propia y un pequeño equipo de personas. "El sistema que usamos se llama NetarchiveSuite y es un paquete de software de código abierto desarrollado por la Biblioteca Real de Dinamarca y que se utilizan para el mismo propósito las bibliotecas nacionales de Francia, Austria y Suecia".
Lo que pasa es que el patrimonio inmaterial que genera Internet está sujeto a debate en cuanto a su conservación. Muchos de los contenidos digitales que se generan están en plataformas privadas. Esto hace que, por un lado, cada plataforma diseñe una serie de condiciones que generan un sesgo sobre qué puede o no publicarse en ellas. Free the Nipple sería un ejemplo conocido de las restricciones de Instagram para enseñar pezones. 
Por otro lado, desgraciadamente las empresas quiebran o cambian su política y como pasara en el caso de Blip.TV, un sitio web que nació casi al mismo tiempo que Youtube y que durante años fue un lugar para que los creadores audiovisuales compartieran sus trabajos. Una vez que el sitio web cerró, la plataforma envió un comunicado a los creadores para que descargaran sus contenidos. Los borraron todos.
La pregunta es, cómo y quién decide qué merece ser la pena guardado? La BNE cuenta con un sistema mixto: una parte está automatizada y otra la realizan profesionales de la documentación. "La recolección de contenidos que están libremente accesibles en internet se hace con un software específico que rastrea la web como si fuera un usuario que navega por las diferentes páginas. Este software / robot rastrea y guarda todo lo que se va encontrando de acuerdo con una configuración previamente establecida con respecto a URL de las que parte, profundidad hasta la que llega, frecuencia de rastreo, etc. Combinamos recolecciones masivas del dominio.es (anuales), en el que no se discrimina el que se guarda porque incluye toda la lista de dominios .es sin restricciones (más de 1.900.000 dominios este año), y recolecciones selectivas a propósito de un tema (Música y Audiovisuales, por ejemplo), un evento (los atentados de Cataluña) o una comunidad autónoma. Estas recolecciones selectivas llevan una gestión más cuidadosa por parte de lo que llamamos conservadores web, que son documentalistas que seleccionan el contenido pertinente para ser guardado en el marco de un tema o evento".

Y ya puestos, y teniendo en cuenta que en el fondo estamos hablando de guardar chistes y meme-ces diversas, podrían guardar también cassetes de gasolinera con chistes de Arévalo, Eugenio y otros, como las canciones de Camela. En el fondo estoy hablando de lo mismo, de almacenar la nada intelectual de una sociedad vacua y decadente, y esto lo hace con dinero público la Biblioteca Nacional de España y olé. El aburrimiento suele costar dinero al sufrido contribuyente. O quizás los memes sean los nuevos aforismos del siglo XXI y la Biblioteca Nacional ande en la direcció correcta.

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