Si Dios creó el mundo, fue por temor de la soledad; ésa es la única explicación de la Creación. Nuestra razón de ser, la de sus criaturas, consiste únicamente en distraer al Creador. Pobres bufones, olvidamos que vivimos dramas para divertir a un espectador cuyos aplausos todavía nadie ha oído sobre la tierra… Y si Dios ha inventado a los santos —como pretexto de diálogo— ha sido para aliviar aún más el peso de su aislamiento. Por lo que a mí respecta, mi dignidad exige que le oponga otras soledades, sin las cuales yo sólo sería un payaso más.
E. M. Cioran - De lágrimas y de santos
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