La epidemia por el coronavirus vuelve a crecer visiblemente en Catalunya. El riesgo de rebrote, un índice estimado a partir de la incidencia (los casos) y la reproducción del virus subió ayer a 206,57 de media, un valor similar al de la última semana de agosto. Hace dos semanas había bajado hasta 158. El presidente de la Generalitat, Quim Torra, resumió la situación ayer en un tuit: "Volvemos a superar los 200 puntos de riesgo de rebrote, y la 'Rt' se sitúa en 1,2. Mantenemos, sin embargo, una cierta estabilidad en ratios de hospitalizaciones y camas de UCI. La situación en la ciudad de Barcelona vuelve a ser preocupante. Reitero la llamada a la máxima responsabilidad colectiva y solidaria". 

Además, el Presidente ha aconsejado, pedido o insinuado a los Barceloneses que no abandonen la ciudad para ir a contaminar o contaminarse por las comarcas de los aledaños. Confinar la Cerdanya? No, de ninguna manera. Josep Maria Argimon, el responsable de la Salud Pública en Catalunya y por ello de la gestión de la pandemia, respondía así, más que sorprendido, cuando le llegó la noticia de que la cuestión se había planteado durante la última reunión de gobierno. Nada justificaba esta idea desde el punto de vista de la salud pública. Cerrar los parques infantiles? No, tampoco. La independencia científica y técnica es la idea más reclamada ante la política de la pandemia.


Anthony Garner en el Periódico.

Estas objeciones no sientan muy bien en las alturas. Son una muestra de independencia técnica a que no se está acostumbrado en ningún Gobierno. Es posible que la facilidad con que Argimon dice que no a propuestas de miembros del Gobierno, incluyendo su presidente, sea mayor de lo habitual. Ahora bien, la independencia se ha convertido en la reivindicación más repetida en cada manifiesto, carta o declaración de profesionales de la medicina y de las diversas ciencias relacionadas con la gestión de la pandemia. Máxima independencia técnica para estudiar qué hacer en cada momento y para saber evaluar las acciones y corregir lo que haga falta. Lo reseñaban ayer los 20 científicos firmantes de la carta en la revista Lancet para pedir una evaluación de lo que ocurre en España, situada en los primeros lugares según las cifras de afectados por este coronavirus. 

La pandemia, en cambio, continúa inmersa en todo lo contrario, en un reproche permanente cargado de tácticas para tumbar al contrario y muchas frases para tuits y tertulias, que es lo que ahora se lleva. Quizá creen que así entretienen y distraen al personal. Y claro, el personal que ya está hasta más allá de las gónadas/ovarios, se marca un Estanislau Figueras, y mientras les espeta un: 'Señorías, ya estamos hasta el cojones de todos nosotros', se va de puente de la Mercé a la Cerdanya o donde le da la gana. Y por si fuera poco, lo que faltaba, el sumsum, el corda, el acabose, el desideratum, el caos infinito.... La Marilyn de las Ramblas tiene que salir al balcón con mascarilla. Es el fin de los días y las noches.