Treinta años atrás para colar las dos autonomías reales y auténticas sin que hubiera ruido de sables ni quejas a granel, el Gobierno de UCD se inventó el café para todos y de dos pasamos a diecisiete. Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y posiblemente cerca de Quintanilla de Onésimo. Parece evidente que el Gobierno del casi desaparecido Rajoy con la excusa de la crisis, quiere quitar poder a estas autonomías y a buen seguro que harán todo lo posible para dejarlas en nada, dado que nunca han creído en ellas, y ahora la ocasión les viene que ni pintada. 
De hecho, teniendo en cuenta que todas las decisiones económicas se toman en realidad en Berlín vía Bruselas, no tienen mucho sentido los Gobiernos estatales, autonómicos, diputaciones y consejos comarcales, que sólo sirven para colocar militantes que se derivan a un lugar u otro. Lo más razonable pues sería eliminar todos estos entes, dado no dejan de ser unas onerosas e ineficaces gestorías administrativas, o como decían hoy en un chiste creo que en 'el Punt', si el problema es el Estado de las autonomías, que supriman el Estado y dejen las autonomías, aunque este Estado moroso las acuse de malgastar el dinero público, cuando es en gran parte al revés. 
Estamos ante la devaluación de los Estados como se han entendido hasta ahora, y después de ellos la nuestra cpomo ciudadanos.