Tenemos unos científicos que enseñan y diseñan unos robots que se parecen cada vez más a los seres humanos, no sólo por su inteligencia probada sino ahora también por sus habilidades de expresar y recibir emociones, mientras que a los humanos los hábitos consumistas nos están haciendo cada vez más similares a esos robots, aunque estemos perdiendo la capacidad de expresar y recibir estas emociones que ellos empiezan a tener. La diferencia entre ellos y nosotros es cada vez menor, de manera que a medio plazo, ya estarán preparados para sustituirnos en la vita cotidiana, aunque sean robots con músculos de cebolla dorada.
Dirección única. Abluciones
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"Y para ver hay que elevar el cuerpo,
la vida entera entrando en la mirada"
Claudio Rodríguez, poema *Hacia la luz*.
El hombre abre l...
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