El Gobierno saca pecho por la contención de la inflación después de algunas de las medidas que ha tomado: la excepción ibérica en el precio del gas, la subvención a los carburantes o la gratuidad del transporte público. Aspectos que afectan poco a la mayoría de la población afectada por el 14% que ha subido la cesta de la compra. Seguramente están en el origen del diferencial con el resto de Europa, aunque también han pesado otros factores como el retraso de la llegada del otoño meteorológico o la prudencia de los bancos en aplicar el alza de los tipos de interés. Siguen siendo positivos los datos del paro que ha vuelto a bajar el pasado mes de Octubre, un mes no precisamente muy dado a la creación de empleo.
Las diversas propuestas que se han hecho para pactar por parte de Yolanda Díaz un tope en los precios de la distribución alimentaria han terminado en nada. De modo que estos costes primarios van poco a poco trasladándose a los precios finales. El Gremio de la Restauración de Barcelona ha realizado una encuesta entre sus asociados y casi 9 de cada 10 subirán los precios de los menús antes de que acabe el año. De modo que almuerzo por menos de 12 euros pasará a ser historia. Este tipo de realidades, como consecuencia de un incremento de los costes inasumible con cargo al margen de beneficio, nos empuja a la tercera ronda de la inflación: la deriva al aumento de los sueldos. Aquí también tenemos boca abajo el famoso pacto de rentas para equilibrar el impacto de la inflación entre empresas y empleados.
Esta vez al menos no nos toman el pelo manipulando la información como nos hicieron cuando la llegada del euro. De cuando un menú de 600 pesetas pasó de un día a otro a costar 10 euros. O cualquier producto que costaba 100 pesetas pasó a costar un 1 euro, y ese aumento de 66% se disimuló en medio de manipulaciones estadísticas del Gobierno de turno.
A la vista del panorama, parecería que lo más urgente es evitar en España una recesión que una reforma del delito de sedición y renovar de una puñetera vez el CGPJ, aunque parece que la oposición y el propio Gobierno no están por la labor de evitar ni lo uno ni lo otro. ¡Gilipollas al poder!
No hay comentarios:
Publicar un comentario