Europa es ante todo una red cartográfica de Cafés que sirven para el desarrollo del espíritu intelectual. Dice Steiner “si trazamos el mapa de los cafés, tendremos uno de los indicadores esenciales de la «idea de Europa»”. En los Cafés europeos los hay poetas, metafísicos, políticos, filósofos, muy al contrario del bar norteamericano que es un lugar oscuro de insinuación al erotismo y al encuentro sexual, al baile y a la música estruendosa donde es casi imposible pensar, bar en el que el consumo es vital para no ser desalojado del sitio.
Para Steiner los países de la Europa sajona representan un eje intermedio entre los Estados Unidos y la Europa Continental; hay pub y tabernas en los países de habla inglesa en Europa que sirvieron para el desarrollo de la literatura británica pero éstos no son café; en este sentido las islas británicas no parecen pertenecer del todo a la idea de Europa. Termina el autor al respecto del Café citando a Walter Benjamín “habrá mitologías mientras haya mendigos” a lo que añade Steiner “mientras haya cafés, la «idea de Europa» tendrá contenido”. Ahora bien, el Café como lugar de reunión, por simple conjetura de sentido histórico común, no es posible sino posteriormente al encuentro entre América y Europa.
No sé yo si contemplaba Steiner que, al menos en Sabadell, los cafés hace tiempo desaparecieron y los bares, casi todos están regentados por chinos, al menos en mi barrio, 8 de 9 lo están, lo cual quiere decir que al menos en mi barrio estamos muy lejos de Europa y de su idea.