El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) obligó ayer a la Generalitat a preguntar expresamente a los alumnos que se presentan a las pruebas de acceso a la universidad (PAU) a partir de hoy y hasta el viernes, la lengua en que quieren cumplimentar los exámenes. Atendía así a una reclamación, presentada el pasado viernes, procedente de la Asociación por una Escuela Bilingüe (AEB), que consideraba vulnerados los derechos de los 40.000 alumnos catalanes matriculados en las PAU. Por cierto, ojalá la escuela catalana, empezando por el patio de recreo, fuera bilingüe, ya nos gustaría a los cuatro catalanes que quedamos.
La Generalitat, a través de la consellera de Investigació i Universitats, Gemma Geis, respondió que la lengua vehicular de la escuela es el catalán y que el derecho a recibir los enunciados en castellano ya estaba garantizado y que lo suele ejercer el 5% de los que se presentan a las PAU, y que nunca ha habido conflictividad en este tema. “Se reforzará la comunicación a los alumnos sobre este derecho, pero no se alterará el reparto de exámenes”, afirmó Geis contundente. Y acusó a la AEB y al TSJC de mostrar “voluntad de interferir en el normal desarrollo” de las pruebas al presentar un recurso sobre la instrucción de las PAU el pasado viernes, teniendo tiempo desde el pasado 13 de abril en que se comunicó la instrucción, con el fin de que el tribunal ordenara unas medidas cautelares el día anterior a la celebración de los exámenes. Y ello pese al impacto e intranquilidad que esta noticia puede suponer en los alumnos que han vivido un “curso difícil”.
Los alumnos reciben los enunciados en catalán a no ser que los pidan de forma expresa en otra lengua.
“La lengua vehicular en la escuela es el catalán y no hay conflictividad en las PAU”, insistió Geis, cuya prioridad es que “los estudiantes hagan los exámenes con normalidad”. También explicó que no se pueden imprimir más exámenes en castellano, un día antes, por cuestiones de seguridad y atendiendo a la complejidad que implica velar por la custodia de los mismos.
En las medidas cautelares de urgencia el TSJC impone que los miembros de los tribunales faciliten los enunciados de los exámenes a petición expresa de los alumnos en catalán, castellano o aranés, excepto en los exámenes de lengua que se realizan en el idioma examinado.
La sala contencioso-administrativo demuestra manifiesta mala fe, con esta decisión un dia antes de los exámenes de la selectividad, y una vez más, y son ya demasiadas, interfiere en un tema en el que no deberia meterse, creando un problema donde no le hay. Los alumnos pueden examinarse en catalán, castellano y aranés desde hace mucho tiempo, y no ha habido ningún problema. el TSJC ha pasado de meter la nariz en las decisiones de los expertos en epidemiología sobre la pandemia, para dedicarse a meter la nariz en la educación. Y si aunque fuera por una vez, se dedicaran a impartir Justicia que es lo suyo, aunque se les haya olvidado por el tiempo que llevan sin hacerlo.
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