💬El pasado més de diciembre, le inyectaron la vacuna contra la covid a la inglesa Margaret Keenan. Fue la primera persona del mundo que la recibió. Poco después vacunaron a un señor, William Shakespeare. Que Shakespeare consiguiera la mayoría de los titulares no fue un caso extraordinario, aunque en este rincón del mundo sorprenda, el apellido Shakespeare está bastante extendido en muchos países anglosajones. A lo largo de la historia ha habido un montón de señores llamados William de nombre y Shakespeare de apellido.
Este primer hombre vacunado contra la covid murió el jueves pasado. Esta circunstancia hizo que muchos medios dieran la noticia con solemnidad, pero son las palabras de Noelia Novillo en el Canal 26 de la televisión argentina las que ocupan ya un lugar destacado en la historia del periodismo:
– Y vamos con una información que realmente nos deja a todos con la boca abierta, ¿no?, ante la magnitud de este hombre. Estamos hablando de William Shakespeare y de su fallecimiento. Vamos a contar el motivo, vamos a contar el porqué. Lo cierto es que, bueno, como sabemos, es uno de los escritores más importantes, para mí el más referente, ¿no?, de la lengua inglesa, ¿no? Ahí lo vemos. –En la pantalla se ven imágenes del hombre en el hospital, en silla de ruedas–. Vamos a contar un poquito, porque es el primer hombre que recibió la vacuna del coronavirus, estamos hablando precisamente de AstraZeneca, y que murió ayer en Inglaterra a los 81 años.
Las risas han estallado en medio mundo. Muchos se preguntan a qué punto de indigencia cultural hemos llegado, pero la ignorancia no es exclusiva de ahora. Siempre la ha habido. Hay que recordar el caso de aquel alto cargo del Departament de Cultura de la Generalitat de Catalunya que, en la época de Pujol y con motivo de una nueva edición del Tirant lo Blanc de Joanot Martorell, preguntó si el autor asistiría a la presentación del libro, o el Conselleiro de Cultura gallego que dijo que Carmina Burana era una famosa cantante galega, o Núñez Feijoo al preguntar porqué las vacas tenían todas nombres de mujer. ¡Biba la kultura!
Biba la kultura.
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