El día 20 de noviembre es uno de los favoritos de los franquistas nostálgicos: el aniversario de la muerte de Francisco Franco. No hay cosa que más una a la extrema derecha española que la figura del Caudillo, y con su figura se adjunta toda una serie de bulos. Así han creado un personaje casi mesiánico con una intención obvia: extender un hilo conductor entre la figura del dictador y muchas de las comodidades que disfrutamos hoy a nivel laboral, infraestructuras, etc.

Uno de los bulos sobre Franco más recurrentes es de la creación de la Seguridad Social. La realidad es que esta se inició a través de la comisión de reformas sociales de 1883, nueve años antes de que el dictador hubiese nacido. Aunque no será hasta el año 1900 cuando se comiencen a aplicar estas políticas bajo el gobierno de Francisco Silvela. Fue entonces cuando se redactó la Ley de Accidentes de Trabajo en cuyo segundo artículo dice: “El patrono es responsable de los accidentes ocurridos a sus operarios con motivo y en el ejercicio de la profesión o trabajo que realicen”. La seguridad social en España se inició a través de la comisión de reformas sociales de 1883, nueve años antes de que el dictador hubiese nacido. También debemos tener  en cuenta que si el gobierno del conservador Silvela planteó estas medidas fue, entre otras cosas, porque venían de años de mucha conflictividad social en los que los sindicatos obreros presionaron en defensa de los derechos de los trabajadores.

Fue otro gobierno conservador, el presidido por Antonio Maura, con el que la Seguridad Social quedó institucionalizada en 1908 a través del Instituto Nacional de Previsión. Ese mismo gobierno creó un sistema de jubilación de carácter voluntario, auspiciado por el Estado. Curiosa precocidad la del militar del Ferrol ya que entonces, según sus seguidores, con 16 años institucionalizó un recurso tan importante en nuestros días.

Varios años después, once concretamente, se creó el Retiro Obrero. Se trataba del primer sistema público de España de cobertura a la vejez. El presidente del Consejo de Ministros en ese momento era el liberal Álvaro Figueroa y Torres, el conde de Romanones. Por lo tanto, no, Franco tampoco creó el Sistema Público de Pensiones.

Un segundo bulo vinculado a Franco son las construcciones de pantanos. Conocidos son los noticiarios del NO-DO en los que podía verse al dictador inaugurar pantanos por diferentes zonas de la geografía española. La realidad es que durante la II República, en 1933, se aprobó el conocido como Plan Nacional de Obras Hidráulicas que incluía esos pantanos, pero cuyas construcciones se vieron paralizadas por la Guerra Civil. Este plan, de hecho, tendrá como antecedentes otros dos proyectos: en primer lugar, la Memoria que acompañaba a la propuesta de Ley sobre Caminos y Canales del Reino aprobada en octubre de 1820 por el gobierno creado poco después del inicio del Trienio Liberal; y en segundo lugar, el Plan General de Canales de Riego y Pantanos aprobado en abril de 1902 por el gobierno de José Canalejas.

La Memoria de 1820 tenía como propósito lograr un sustancial aumento del regadío gracias a la adecuada utilización del conjunto de los canales existentes y previstos. Además de su carácter nacional y público. El plan de 1902, aunque deficiente en algunos aspectos “por lo corto del plazo” de que se dispuso, servía como proyecto. Una especie de primer acercamiento para orientar y proporcionar líneas maestras para su posterior desarrollo.

Pero si hay un bulo que roza la maravilla imaginativa es la de sugerir que Franco creó las vacaciones pagadas. La realidad, al igual que en los dos casos anteriores, es muy diferente de la ficción. Mal le pese a la Fundación Nacional Francisco Franco. En septiembre de 1918 fue aprobado un Real Decreto por parte del Gobierno de Antonio Maura, de manera que los funcionarios fueron los primeros trabajadores a los que se reconoció el derecho. La ley establecía que “todos los funcionarios disfrutarán anualmente de una vacación de quince días consecutivos, excepto cuando las necesidades del servicio lo impidiesen”.

Sin embargo, no será hasta diciembre de 1931 cuando se aprobaron las vacaciones pagadas para todos los trabajadores. Se trataba de la Ley del Contrato de Trabajo, que afectaba a los trabajadores estableciendo normas obligatorias para su contratación. Además, reconocía que el derecho de huelga no podía ser motivo de despido y el establecimiento de vacaciones pagadas para todos los trabajadores. El ministro de Trabajo en ese momento era el socialista Largo Caballero.

Tampoco las Viviendas de Protección Oficial fueron fruto de la inventiva de Francisco Franco, ya que para 1911 se creó la Ley de Casas Baratas. Cierto es que no se empezó a desarrollar hasta la década de los 20, con la intención de abordar el problema de la vivienda urbana en España y dignificar las condiciones de vida de la creciente y migrante clase trabajadora.

Existe una notable diferencia entre ser el creador de todo lo que he mencionado en este artículo o aprovechar lo que ya había sido creado para hacerlo pasar por suyo. La diferencia que va de la verdad al bulo. - Jagoba Álvarez Ereño en ctxt.es