Si no hubiera sido por la insensata campaña del PP contra Catalunya, el 'procés' nunca habría llegado este a las cotas de adhesión que consiguió, que le llevó a alcanzar un 47% de los votos desde el 25% del que partía. Sin estas infames firmas contra el Estatut que recogió por toda España en sus 876 cajas azules, buena parte de Catalunya no se habría sentido tan despreciada. Durante años, actuando entre la inacción y el desprecio, el gobierno de M.Rajoy incendió Cataluny todo lo que pudo. No la necesitaba para que le salieran las cuentas de gobernabilidad y, por el contrario, la beligerancia le aportaba réditos electorales en España, ya que daba por perdida Catalunya para su partido.
Ahora, el PP de Pablo Casado, con la inconsciente Isabel Díaz Ayuso (IDA), ha decidido continuar con su acoso sobre el Gobierno de coalición progresista y atacarlo sin descanso por tierra, mar, aire y justicia. Insensible a la situación, sólo le importa acabar con el Ejecutivo. El problema es que por debajo del gobierno de Sánchez está la ciudadanía. Una ciudadanía que vive entre la inquietud y el desconcierto, fatigada por el estrés emocional de la pandemia, y angustiada por un futuro oscuro y incierto.
El tira y afloja por el control de la pandemia en Madrid es un claro ejemplo de todo lo que no debería ser la política orientada hacia el bien común. Un triste espectáculo donde parece que importa muy poco la salud pública y demasiado la gesticulación desaforada. Actualmente, Madrid es la región más castigada de Europa por Covidi-19. Resulta muy difícil de creer que la estrategia de la desestabilización, del acoso y derribo se esté haciendo mientras el virus suma nuevas víctimas cada día. Quiere decir que el Gobierno de la Señora Ayuso, en su inconsciencia, sus ciudadanos no son su prioridad, al contrario, son los últimos de la fila.
Los casos de corrupción ha marcado la agenda de los últimos años de PP, agravada ahora por el estallido del caso Kitchen. Sin la necesidad de intentar tapar los escándalos, quizá habría tenido menos crispación y más cordura. Y todo este desbarajuste lo sufre la ciudadanía que está pagando la deshonestidad del PP y la ineficiencia del Gobierno de Madrid. Y ya va siendo hora de poner remedio a tanto desorden, pues la ciudadanía ya está hasta los órganos reproductivos de unos y otros.
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