LA PRIMERA GRAN DERROTA DE LA I.A.

En el exterior del campus de la Universidad de Tel Aviv, un caballo de Troya actúa como una metáfora muy poco sutil durante la visita de Sam Altman, CEO de ChatGPT, en junio de 2023  Amir Cohen / Reuters. La pregunta la resume bien en La Vanguardia José María Lasalle. Gaza era un laboratorio donde Israel experimentaba sus diseños de IA de combate y vigilancia, dice. “Mediante IA controlaba el famoso muro de Gaza. Esta circunstancia hizo que en mayo del 2021 ganase, como reconoció oficialmente, la primera guerra ­basada en la IA (...) Algoritmos contra terroristas, se dijo entonces y el balance fue igual de contundente. Incluso se anunció que gracias a la IA ningún comando de Hamas podría infiltrarse ni llevar a cabo operaciones terroristas en territorio israelí. ¿Qué ha sucedido, entonces, un año después? ¿Qué ha fallado en los sistemas sensorizados del muro de hormigón que aísla la franja de Gaza, en la vigilancia satelital que cubre con un perímetro de seguridad tecnológica la frontera y en la cobertura área de drones que hace infranqueable el muro y permite un seguimiento al instante de la movilidad que se produce alrededor? Es más, ¿qué ha cambiado para que Israel, que se vanagloriaba el pasado 17 de julio a través de su Ministerio de Defensa, de estar en condiciones de afrontar con éxito una guerra tecnológica total, haya fallado tan estrepitosamente?”.

La respuesta también la resume en el diario Ami Ayalon, almirante en la reserva y ex jefe del Shin Bet, el servicio secreto interior de Israel. “Hamas sabe planear ataques sin teléfonos”, dice. “La mayor parte de la inteligencia que tenemos actualmente de Gaza es lo que llamamos SIGINT. Se basa en la interceptación de señales, ya sea teléfonos, internet... El enemigo lo sabe. Los líderes de Hamas ya participaron de niños en la primera y la segunda intifada y saben planear acciones sin utilizar teléfonos ni internet. Los estados no pueden hacerlo. A los grandes ejércitos les cuesta mucho. Las organizaciones terroristas, especialmente cuando tienen jerarquías muy claras como Hamas, sí”.

Como dice esta nota de Reuters, del fallo de inteligencia israelí se hablará durante años. En mayo, el director general del Ministerio de Defensa israelí Eyal Zamir decía que el país estaba a punto de convertirse en una “superpotencia” de la inteligencia artificial utilizando sus técnicas para agilizar la toma de decisiones y el análisis.

The New York Times, después de hablar con varios oficiales de inteligencia, apuntó en un primer análisis a varios factores: la falta de vigilancia de canales de comunicación clave, dependencia excesiva de equipos de vigilancia fronteriza que los atacantes desactivaron fácilmente desde el principio, la agrupación de los comandantes en una única base fronteriza que fue invadida en la fase inicial y creerse las afirmaciones palestinas realizadas en canales que sabían que estaban siendo vigilados.

Fue, resume Politico, “un ataque 2G masivo, mortal, en un estado de seguridad 5G”.

He intentado leer sobre esta cuestión, porque puede que esta sea la primera gran derrota de la IA en su aplicación militar, pero no creo posible llegar a conclusiones claras de forma inmediata, más allá de un posible exceso de confianza sufrido por el país de la inteligencia militar, de la ciberseguridad, de las armas autónomas, de las startups tecnológicas de Tel Aviv capaces de exportar softwares como Pegasus, de la frontera inteligente de millones de dólares. “Se suponía que el muro subterráneo de sensores y hormigón reforzado que se había construido en torno a la franja bloqueaba los túneles a través de los cuales Hamas intentó en el pasado llegar a las poblaciones israelíes del otro lado de la frontera. Ese muro no ha servido de nada. Las milicias de Hamas se han limitado a asaltar las vallas en la superficie”, ha escrito el ex ministro de Exteriores israelí Shlomo Ben Ami.


Publicar un comentario

0 Comentarios